El puerto de Chuburná es uno de los puntos más hermosos de Yucatán, pero también con una tradición de pescadores que sobrevive al paso del tiempo. Se encuentra a 50 minutos de la capital del estado a solo 25 minutos aproximadamente del puerto de Progreso que es de los principales puertos de la entidad. Durante tu visita podrás encontrar playas increíblemente tranquilas y limpias, donde puedes disfrutar de un ambiente familiar.
Si te encanta la playa debes disfrutar la frescura y brisa del mar, así como nadar en sus aguas cristalinas con un hermoso tono esmeralda, muy característica de Chuburná. Aunque otro de sus encantos son las dunas, las cuales están muy alejadas de la ciudad, por lo que es un espacio ideal para pasar el rato y disfrutar de la tranquilidad, la brisa del mar, pero sobre todo de unos atardeceres increíbles. Otro de los nuevos atractivos es una hermosa isla que se encuentra entre los manglares del puerto de Chuburná, donde hay columpios, hamacas y área para disfrutar de alimentos.
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¿Qué hacer en el Puerto de Chuburná?
Durante tu visita al Puerto de Chuburná podrás realizar un recorrido en Kayak por sus manglares, donde podrás conocer la isla en un paseo guiado. Otra de las actividades perfectas es ir al muelle del puerto y pescar, desde ahí tirar tu línea, cordel o caña, pero también si eres todo un profesional puedes contratar un tour en lancha para pescar en el día.
Si quieres probar su gastronomía típica puedes encontrar diversos restaurantes que ofrecen mariscos, entre otros antojitos, con productos frescos. Aunque si quieres ir a las Dunas de Chuburná, puedes deslizarte en la arena, o bien, armar un picnic para estar en familia todo un fin de semana, puedes nadar, hacer surf, entre otras actividades.
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En puerto de Abrigo y el Playón reciben a todos aquellos que disfrutan de levantar sus casas de campaña para pasar la noche entre la naturaleza, o si lo prefieres visitar de día puedes armar un picnic, así que lleva tu hielera, alimentos y demás para disfrutar de su hermosura. En el pueblo puedes visitar su parroquia, el mercado local o caminar por sus calles llenas de tranquilidad.