Este 24 de agosto se conmemora el Día de San Bartolomé o San Bartolo, fecha en la que también se cree que el Diablo “anda suelto” y viene a la tierra a realizar travesuras. Según la leyenda que ronda esta fecha, se tiene la creencia que durante este día no se debe de jugar con nada que esté relacionado o hacer uso de cuchillos, armas, fuego o realizar actividades peligrosas, por lo que podrías ser víctima de Satanás, y ocurrirte alguna desgracia.
En México ronda una leyenda casi parecida, en donde pobladores de Hermosillo aseguran que existe un lugar en donde Lucifer asistió a una de sus grandes fiestas para bailar y enamorar a una joven de la cual que no quedó rastro alguno. Así que para conmemorar este día, aquí te contamos más sobre el Casino del Diablo, la leyenda detrás del terrorífico lugar sinaloense.
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El Diablo bailó en un casino en Sinaloa
Durante 1945 fue construido el Country Club, un club de golf que formaba parte de un proyecto de urbanización en la colonia Pitic, zona que se encuentra ubicada a las afueras de la capital de Hermosillo. Este sitio contaba con un restaurante, bar, casino, en donde se llevaban a cabo bailes para que los jóvenes pudieran divertirse y encontrar a su futura esposo/a.
Este evento se convirtió en un ritual, por el hecho de que tanto jovencitas como jóvenes se alistaban desde días antes para poder portar excelentes vestimentas y peinados muy elaborados para poder impresionar a los demás asistentes, pero sobre todo las muchachas eran las que se esmeraban más en su arreglo ya que deseaban que algún apuesto joven las sacara a bailar durante toda la noche.
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Como parte de las celebraciones de fin de año, que correspondían a los años 50, se organizó una gran fiesta que contaría con la participación de las mejores orquestas de aquella época. Celebración que se convirtió en una de las más esperadas. Una de las jóvenes que asistiría a esta celebración sería Linda, quien con apenas 16 años de edad estaba muy emocionada por este evento y ya había comprado un hermoso vestido para impresionar a los apuestos jóvenes que estarían presentes.
Sin embargo, cuando fue avisarle a su mamá que ya se iría al baile, obtuvo una respuesta negativa por parte de ella. Su madre, quien se encontraba enferma y recostada en su cama, le dijo que no tenía permiso para poder asistir a ese evento debido a que ella se sentía muy mal, asegurando, además, de que era Año Nuevo y era una fecha que tenía que pasar en casa y en compañía de su familia. Ante esta situación y por la emoción de Linda por acudir al baile, optó escaparse por la ventana de su cuarto y partió al baile aún sin la autorización de su mamá.
Al llegar al salón del club del golf, la joven acaparó las miradas de todos los asistentes, por el hecho de que era la muchacha más bonita que había asistido. Acompañada de sus amigos, Linda fue abordada por varios muchachos que querían invitarla a bailar, sin embargo, ella rechazaba a cada uno de ellos. Pero esto cambiaría cuando de entre la multitud apareció un apuesto joven que portaba un excelente traje. Aun así, lo que más llamaba la atención eran sus cabellos negros y grandes ojos.
Este misterioso joven aparentemente nadie lo conocía, y entre los asistentes se preguntaban su identidad. Linda quedó asombrada por lo apuesto que era, por lo que aceptó sin pensar su invitación a la pista del baile. Ambos jóvenes estuvieron bailando la música de aquella orquesta, y según cuenta la leyenda, en algún momento de la noche comenzaron a flotar.
Al estar disfrutando de la música, Linda comenzó a sentirse muy acalorada y se percató de que algo le quemaba la espalda. Al voltear observó una misteriosa mancha en su hermoso vestido, por lo que decidió ir al baño para quitársela. Pero vaya sorpresa que se llevó, ya que cuando observó bien aquella mancha se dio cuenta de que era la huella de aquel misterioso joven con el que había bailado casi toda la noche.
Luego de aquel descubrimiento, en el lugar se comenzó percibir un olor a azufre, así como un calor intenso. Este hecho llamó la atención de las y los asistentes hacia el centro de la pista, donde todos quedaron atónitos al observar que el apuesto joven de cabellos negros en lugar de zapatos tenía una pata de gallo y otra de cabra. Linda salió del baño y al ser testigo también de este hecho se desmayó.
El sitio comenzó a llenarse de una densa nube de humo, donde desapareció aquel joven de ojos grandes. Luego de este suceso, inició un incendio que provocó que todos los asistentes salieran corriendo por sus vidas. Lamentablemente, el fuego fue tan intenso que este casino quedó en llamas a tal grado de solo quedar intactas sus paredes. Después de este gran incidente, no se supo más de Linda ni del joven apuesto con el que había bailado. Según locatarios de esta zona, la mayoría asegura que este joven era el Diablo.