Prepara las maletas para aventurarte junto a tu perro a la famosa Poza Pata de Perro, ubicada en el Pueblo Mágico de Cuetzalan. Uno de los encantadores destinos de Puebla es este poblado rodeado de bosques con niebla, cafetales, cascadas, cuevas, grutas y helechos gigantes, los cuales son el hogar de hermosas aves. Además de su hermosa naturaleza, una de sus formaciones naturales que te dejarán impresionado es la poza de aguas cristalinas que tiene forma de pata de perro.
Así como lo lees, no por nada Cuetzalan fue nombrada en el último año como la Mejor Villa Turística en el Mundo,según la Organización Mundial del Turismo. Uno de los sitios imperdibles es la Poza Pata de perro, una formación particular única en el país que te fascinará; se trata de una alberca natural que tiene forma de huella de perro formada por cinco pozas, 4 pequeñas y en el centro podrás ver la más grande y profunda. Si te interesa visitar este lugar debes seguir leyendo nuestra nota.
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Poza Pata de Perro, el sitio imperdible de Cuetzalan, Puebla
Se encuentra a 10 kilómetros del centro del municipio en la comunidad de Ayotzinapa, San Miguel Tzinacapan, y para poder ingresar a la alberca natural debes pagar 50 pesos por persona, pues también se encuentra cerca el Cañón Sagrado y la Garganta del Diablo. Además, el agua de estas albercas naturales son refrescantes, pues llegan desde el sistema de grutas subterráneas del río La Garganta del Diablo, misma que recorre los distintos cañones.
Prepara tu ESCAPADA a la Poza Pata de Perro, donde será necesario ir con guía o tour operador que conozca el camino de trayecto, pero también las grutas y te ayuda a evitar cualquier inconveniente mientras disfrutas del viaje. Recuerda que este destino lo puedes disfrutar con tus amigos, familia o en pareja, así que podrás encontrar comida típica en la zona, actividades para toda la familia etc.
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Conoce sus calles pintorescas e inclinadas y de vistosas casonas con anchos aleros, que se encuentran en las faldas de la Sierra Norte poblana. Al caminar podrás admirar su arquitectura, quizá cobijada por la niebla que baja de las montañas, es una experiencia relajante. En tu recorrido, párate a apreciar la belleza rústicamente neoclásica del Palacio Municipal y la estatua de Cuauhtémoc que corona su fachada. También necesitas sentarte en un banco del Parque Celestino Gasca y respirar el aire puro mientras ves pasar a los habitantes.