Guanajuato es un hermoso estado donde pasarás aventuras espectaculares entre sus atractivos y en su capital podrás conocer sitios impresionantes donde vivirás experiencias encantadoras entre bellas calles empedradas llenas de recintos arquitectónicos fascinantes, un mundo culturar inigualable que llama la atención de viajeros de distintas partes de México y el mundo por sus singulares espacios.
Esta bella ciudad capital resguarda en su interior, más de nueve kilómetros de calles subterráneas mejor conocidas como túneles, obras que en su tiempo fueron usadas para conectar a este destino, con un origen que data desde los tiempos en que la población necesitaba protegerse de las constantes inundaciones generadas por el río Guanajuato y el día de hoy conoceremos un poco más sobre esta historia oculta.
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¿Cuál es la historia oculta de los túneles de Guanajuato?
Los primeros indicios de estas maravillosas construcciones datan de lo que se conoce como la calle subterránea Miguel Hidalgo, donde los habitantes comenzaron a elevar las paredes que rodeaban el río, para dar lugar a una estructura base de lo que posteriormente serían los túneles que hoy maravillan a todos los visitantes de este destino tan encantador.
Posterior a la elevación de los muros surge la idea de aprovechar el espacio por encima del cauce de este cuerpo de agua, al tener en cuenta que diversas propiedades quedaron partidas a la mitad, lo cual obligó a los habitantes a construir estructuras a modo de bóvedas que sobre volaban este río, un verdadero esfuerzo arquitectónico.
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La bóveda del Antiguo Mesón de San Antonio, que en la actualidad corresponde a las oficinas donde se encuentra el área de gestión cultural de la Universidad de Guanajuato, fue la primera que se construyó ante el río y posteriormente se comenzó a replicar esta técnica entre todos los habitantes de la localidad debido a la practicidad de su edificación.
Para septiembre del año 1964 la calle subterránea Miguel Hidalgo fue inaugurada y pasó a convertirse en uno de los atractivos turísticos más importantes de la ciudad capital por ser una calle única y auténtica en todo el mundo, con una longitud de cuatro kilómetros con 200 metros de largo. En 1979 se inició la construcción de los túneles secundarios que servían para aliviar el tránsito de vehículos en la zona y poco a poco se sumaron a la estructura central que en la actualidad cuenta con más de 9 kilómetros de calles subterráneas.
Estos espacios no solo son una impresionante vía de comunicación, sino que se trata de obras de ingeniería llevada a cabo por expertos mineros de la ciudad, un trabajo que requiere de un nivel muy preciso para evitar generar daños en las estructuras ya existentes, con un tiempo de elaboración que dependerá de acuerdo a la cantidad de recursos y personal trabajador donde se deja el acabado natural de la piedra expuesta para darle ese toque colonial que caracteriza a la ciudad de Guanajuato y la vuelve atractiva para los turistas.