El pasado de México se puede conocer en tus diferentes viajes al disfrutar un recorrido inmersivo en sus culturas, especialmente al conocer sitios donde encontrarás algunas zonas arqueológicas que te contarán sobre el paso de sus habitantes por estos lugares con monumentos impresionantes para conocer en tus salidas culturales en el territorio nacional.
Uno de los sitos más destacados del sureste en el país es la zona arqueológica de Tulum y recientemente, los expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) revelaron el hallazgo de un entierro humano en este espacio, el cual se ubicaba en una cueva escondida debajo de estas ruinas y aquí te daremos más detalles respecto a este descubrimiento.
Te podría interesar
¿Cómo fue el hallazgo de un entierro prehispánico en Tulum?
En un comunicado oficial publicado por el INAH, se dieron a conocer los detalles relacionados con este nuevo descubrimiento que se realizó en una cueva con depósitos mortuorios al interior de un recinto amurallado de Tulum, en el estado de Quintana Roo, el cual se registró durante las labores de liberaciaón de varias áreas para la habilitación de un sendero en el sitio arqueológico.
Como parte de los trabajos realizados por la Secretaría de Cultura federal, a través de este instituto y como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), en el interior del área amurallada de Tulum en el estado de Quintana Roo se encontró la entrada de una cueva, en la cual se localizó una roca de gran tamaño.
Te podría interesar
Este hallazgo se registró durante las labores de liberación de áreas para la habilitación de un nuevo sendero localizado entre los edificios 21 o Templo de las columnas y 25 o Templo de Halach Uinic. Respecto a esto, el arqueólogo José Antonio Reyes Solís informó que en la parte superior de la pared frontal de la cueva se encontró un caracol marino pegado con estuco a la roca madre, como parte de una decoración realizada por los mayas.
Al hacer el retiro de la roca que cerraba la entrada de la oquedad, se observó que la misma se encontraba partiendo los restos óseos de un individuo, dejando la parte inferior de su cuerpo en el exterior y la superior en el interior de la misma y conforme se avanzó en la exploración de la cueva, se identificó que la tipografía muestra al menos dos pequeñas cámaras ubicadas en la parte sur y norte, de no más de tres metros por dos metros de ancho y una altura de 50 centímetros.
Dentro de las cámaras, hasta ahora se registraron ocho entierros que en su mayoría pertenecen a adultos, los cuales presentan un buen estado de conservación debido a las condiciones ambientales al interior del espacio. Estos materiales óseos ya se encuentran bajo análisis e investigaciones del laboratorio del Centro INAH Quintana Roo, por el responsable del Departamento de Antropología Física, Allan Ortega Muñoz.
Además, se encontraron restos óseos de animales asociados a los entierros, de acuerdo con algunos especialistas expertos en identificación de fauna, que colaborar en este proyecto, que corresponden a diferentes mamíferos como perro doméstico, ratón, zarigüeya, murciélago hematógrafo, venado cola blanca, tepezcuintle, armadillo nueve bandas, tapir y pecarí, así como algunas aves de origen Galiforme, Passeriforme, Pelecaniforme, Piciforme y Charadriiforme.