A tan sólo un viaje corto de la ajetreada Ciudad de México, se encuentra un tesoro arqueológico poco conocido pero de gran valor histórico: los Baños de Nezahualcóyotl. Este importante enclave alberga una avanzada obra hidráulica que deslumbra por su ingeniería y la rica historia que resguarda que data de la época prehispánica.
Estos baños, son testimonios tangibles de la ingeniería avanzada de la época precolombina. Construidos por el poeta-rey azteca Nezahualcóyotl, estos baños no solo eran un espacio para la higiene, sino un lugar sagrado donde se integraba la espiritualidad con la práctica diaria y que puedes conocer en un viaje de ida y vuelta.
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¿Cuál es la zona arqueológica donde están los baños de Nezahualcóyotl?
Ubicada en el poblado de Tlaminca, la zona arqueológica de Tetzcotzingo es más que sólo ruinas; es un portal que nos lleva directamente al pasado prehispánico de México. Para los aventureros que se viajen en auto, la ruta sugerida es llegar a Texcoco y desde allí preguntar por el camino hacia el Molino de las Flores.
Lo que hace que esta zona arqueológica sea aún más fascinante es su complejo sistema hidráulico. Canales, acueductos y sistemas de drenaje muestran la maestría en ingeniería hidráulica de la civilización azteca. Estos baños se consideran una joya tanto por su funcionalidad como por su estética, incorporando elementos simbólicos y espirituales en su diseño además de la tradición que guardan.
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Visitar los Baños de Nezahualcóyotl es como abrir una ventana al pasado. Las ruinas te cuentan historias de rituales, baños ceremoniales y la conexión intrínseca entre el arte, la espiritualidad y la ingeniería. Es un viaje a través del tiempo que te sumerge en la grandeza de la cultura prehispánica.
Aunque los Baños de Nezahualcóyotl no suelen ser el destino más popular, su encanto radica en su naturaleza poco explorada. Descubrir estos tesoros ocultos cerca de la Ciudad de México es sumergirse en una experiencia única, donde el pasado cobra vida en las piedras y canales que aún permanecen de pie, recordándonos la riqueza cultural que define a México.