De los más bello cuando hacemos un viaje a la playa, además de refrescarnos en aguas cristalinas, saborear a exquisita comida de productos del mar y sentir la suave brisa en la piel, son los paisajes de un amanecer o a la hora de la puesta del Sol, y si eres de los viajeros que pueden pasar inertes disfrutando de este momento que la naturaleza nos obsequia, te contamos de un grandioso mirador.
En la costa de Jalisco, para admirar la inmensidad del Océano Pacífico y esa línea casi imperceptible en la que se fusionan el cielo con el mar, está la Copa del Sol, un mirador en forma de media esfera con 27 metros de diámetro con un pasillo circular para observar la inmensidad del mar y obtener las más espectaculares fotografías.
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¿Dónde está el mirador Copa del Sol?
Este impresionante mirador es parte del Resort de Costa Careyes, en Costalegre; específicamente en la Playa Teopa de la costa sur de Jalisco del Pacífico Mexicano. Para llegar a la cima del mirador hay que subir 27 escalones y en su pasillo circular podrás admirar lo mejor de este paraíso del Pacífico; al interior de la copa, muchas personas gustan de tener momentos de meditación.
¿Cuánto cuesta la entrada a la Copa del Sol?
Al ser parte del resort privado de Costa Careyes, para poder disfrutar de las vistas y la majestuosidad de la Copa del Sol, se debe pagar 400 pesos por persona pero con reservación previa en la conserjería de 24 horas, pero en este enlace puedes obtener mayor información.
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Te contamos un poco de la creación de esta obra arquitectónica en la cima de un acantilado de 448 toneladas de concreto, obra del fundador de Costa Careyes, Gian Franco Brignone, que a través de la Copa del Sol da una interpretación de la mujer bañándose con la luz solar, pues el "Astro Rey" se posa de manera asombrosa en el enorme cuenco de concreto que posee una acústica única al aire libre.
Una escapada a la Copa del Sol en la costa de Jalisco para iniciar el 2024 en busca de serenidad y paz, puede ser un buen autoregalo para un fin de semana, ya que se ha vuelto una tradición desde el 2004, año de su creación, llegar a su centro y relajarte o meditar mientras escuchas el sonido del oleaje que choca con el acantilado.