En México y en otros lugares del mundo se celebra el Día de Muertos, una tradición llena de elementos fascinantes que nos muestran una perspectiva única sobre el tránsito entre la vida y la muerte. Según la tradición, el 1 y 2 de noviembre, las personas que han fallecido pueden regresar, aunque sea simbólicamente, a la tierra de los vivos para reunirse con sus seres queridos.
Para que su ser querido encuentre el camino de regreso, se prepara una ofrenda o altar con diversos elementos que lo guiarán en su trayecto y ayudarán a purificar su alma. Uno de los componentes más importantes para su retorno es la fotografía. En los altares de hogares y espacios públicos, se colocan las fotos de los difuntos para facilitar su camino de vuelta. Pero, ¿sabes qué sucede si pones la foto de alguien que acaba de fallecer?
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¿Qué se debe poner en un altar de Día de Muertos?
En Día de Muertos, cada ofrenda tiene sus propias variantes, y cada persona o familia añade su toque único. Sin embargo, hay ciertos elementos que se repiten, como las flores de cempasúchil, las velas para guiar el camino, la sal para purificar el alma, el pan de muerto y otros alimentos que eran los favoritos de los difuntos. También se incluyen el papel picado, las calaveras de azúcar y otros objetos que evocan la memoria de los seres queridos. Entre los elementos más comunes se encuentran las fotografías.
El origen de la celebración del Día de Muertos, así como de la colocación de los altares, tiene múltiples raíces de diferentes culturas. Sin embargo, entre las más influyentes se encuentra la cultura mexica, el imperio más grande que existió en lo que hoy conocemos como México antes de la llegada de los españoles.
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De acuerdo con la mitología mexica y de otros pueblos nahuas, las personas que fallecían iban al Mictlán, la tierra de los muertos o el inframundo. Allí, tras un largo viaje a través de nueve niveles, llegaban ante los dioses de la muerte: Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl.
Es por esta creencia que se considera inapropiado colocar la fotografía de un recién fallecido en el altar del Día de Muertos, ya que podría entorpecer su camino hacia el inframundo, confundirlo e incluso hacerlo regresar o quedar varado en un limbo entre la vida y la muerte. No existe un consenso sobre cuánto tiempo debe transcurrir antes de colocar la imagen de un difunto; algunos aseguran que debe ser tres meses, un año o incluso cuatro años. Sin embargo, la tradición más común establece que se debe esperar un año.
¿Cuándo se arma el altar de Día de Muertos?
El altar de muertos se coloca tradicionalmente el 28 o el 30 de octubre, y cada día que transcurre hasta el 2 de noviembre tiene un significado especial:
- 28 de octubre: Se ofrece una ofrenda a quienes fallecieron en un accidente o de forma violenta.
- 29 de octubre: Se dedica a las ánimas del purgatorio.
- 30 de octubre: Es el día para recordar a las almas olvidadas, perdidas y solitarias.
- 31 de octubre: Se honra a los niños que fallecieron antes de ser bautizados.
- 1 de noviembre: Se celebra a los difuntos en general, y el regreso de estos desde el Mictlán ocurre a las 00:00 horas del 2 de noviembre.