La colección de sitios icónicos que han convertido a la Ciudad de Nueva York en uno de los destinos más populares del planeta, se levantan también como un muro que encubre la diversidad de paisajes y experiencias que se extiende a través del noreste estadounidense. Más allá de su inagotable skyline y de las luces que amenazan con ocultarnos todo lo que se extiende detrás de los reflectores, el estado de Nueva York es casa de bosques y valles; playas e islas; pequeñas ciudades y comunidades pesqueras, y un sinfín de historias, leyendas y aventuras que han intrigado a viajeros por siglos.
Si bien, algunos sitios, como Los Hamptons y el Valle del Hudson, han crecido desde hace décadas como destinos populares entre los neoyorquinos que buscan un respiro del dinamismo de la ciudad, los poblados pesqueros, Parques Nacionales y ciudades históricas del estado han permanecido, en su mayoría, fuera del radar de los visitantes internacionales que, impulsados por un creciente interés en salirse de los caminos más transitados, cada vez se aventuran más allá de la metrópolis.
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Valle del Hudson
Ideal para una escapada espontánea del ajetreo de la Ciudad de Nueva York, el Valle del Hudson ofrece excursiones de un día que combinan recorridos históricos con encuentros con la naturaleza. Es hogar de poblaciones antiguas, granjas tradicionales y museos al aire libre, así como de viñedos y algunos de los restaurantes pioneros del movimiento farm-to-table.
Beacon
La pequeña comunidad de Beacon, ubicada a sólo 100 kilómetros de la ciudad presume una llamativa escena creativa que incluye instituciones artísticas, como el museo Dia:Beacon, alojado al interior de una antigua fábrica; una nutrida comunidad gastronómica que incluye restaurantes de autor, mercados de productos locales, así como destilerías y granjas en donde es posible probar ingredientes y platillos de temporada.
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Woodstock
Aunque el nombre evoca a uno de los festivales musicales históricamente más celebrados, y a la comunidad “hippie” que se le asocia, la localidad de Woodstock (que no es en realidad el sitio del icónico concierto, que en realidad se realizó en Bethel), es hoy el sitio ideal para entrar en contacto con la naturaleza, gracias a la colección de senderos que se adentra en los alrededores.
Los Hamptons
Este variado tramo de ciudades y aldeas en Long Island es famoso por diferentes razones. Conocido por algunos como el refugio predilecto de celebridades y la élite de Manhattan, es también una exuberante localidad agricultora, en donde las playas y los pueblos pintorescos ofrecen una versión casi idílica de la vida en una pequeña comunidad estadounidense.
Filadelfia, Pennsylvania
A 250 kilómetros de la ciudad de Nueva York, la histórica ciudad de Filadelfia ofrece un viaje en el tiempo para conocer de cerca algunos de los eventos más importantes en la biografía de los Estados Unidos. Además, es un encantador destino para comprar antigüedades, participar en tours de arquitectura y tomar largos paseos a pie entre cafeterías y pequeños negocios locales.