Un destino perdido en el tiempo, que en sus calles guarda recuerdos de glorias añejas, acompañadas de sones y boleros que siguen llenando de magia las calles descascaradas y los autos viejos que parecen gritar por un descanso que nunca les llegará, en este destino que en un parpadeo vio pasar 5 siglos de historia, desde su fundación en 1519.
El tranquilo mar del Caribe define el contorno de esta isla que en 1982 la UNESCO tuvo a bien nombrar como Patrimonio de la Humanidad, quien debe vivir agradecida por la permanencia del diseño neoclásico en sus catedrales, y el barroco de sus plazas, una de ellas, la de armas, que junto a sus murallas, son el reflejo fiel de las luchas por la defensa y la libertad.
Te podría interesar
Habana Vieja, destino increíble del mar Caribe
Caminar por sus calles es la acción perfecta para enamorarte de este destino, que algunas voces mencionan como el complejo colonial más rico y bello de todo el continente, gracias a las edificaciones construidas a lo largo de su historia.
El Centro Histórico, lugar compuesto de algunos de los sitios emblemáticos que puedes disfrutar turistas y lugareños, cafés, edificios residenciales y edificaciones que lo convierten en uno de los centros de cuidad más importantes del continente, y que por supuesto es un sitio de vista obligada por su incomparable belleza.
Te podría interesar
Otro lugar a mencionar es el Castillo de la Real Fuerza, construido entre 1558-1577, ubicado en la punta norte en un extremo de la ya nombrada plaza de armas, un testigo fiel de la historia única de este destino y de las inolvidables luchas contra los piratas. El Capitolio de la Habana, construido en 1929, sede de los poderes legislativos que constituyen el Estado y que custodia esculturas y obras artísticas. La Plaza de la Revolución, emblemático espacio representante del pasado comunista que mantiene su sombra en las calles y habitantes de este destino.
Un paseo tranquilo por sus calles te ayuda a descubrir las casas de los altos funcionarios coloniales, compuestas de ornamentos neoclásicos que son un regalo para los sentidos, además de uno de los motivos por los que su belleza ha sido reconocida a nivel mundial.
Más allá de estas edificaciones increíbles, la verdadera belleza de la Habana Vieja está en la historia que vive día a día cada habitante, en la sonrisa con la que reciben a los turistas que llegan y buscan ser parte de este destino por el que no pasa el tiempo.