Al preparar el equipaje para un vuelo, encontramos dos tipos de personas: aquellos que planifican meticulosamente días antes, siguiendo todas las restricciones de peso y contenido, y aquellos que lo dejan todo para unas horas antes del vuelo. Estos últimos, a veces, se ven obligados a sacar artículos en el aeropuerto, al no darse cuenta de las prohibiciones. ¿Por qué existen estas restricciones? Algunas son obvias, como objetos punzocortantes o aerosoles inflamables, pero ¿cuál es la razón detrás de limitar nuestros productos de higiene y bebidas a 100 ml?
Increíblemente, esto está vinculado a un ataque terrorista frustrado en 2006, que desencadenó la implementación de esta normativa por parte de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y aerolíneas de todo el mundo, con el fin de garantizar la seguridad de los pasajeros. Sin embargo, en 2024 estamos presenciando un cambio gracias a la tecnología de tomografía computarizada (TC).
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¿Cuántos mililitros se puede llevar en el equipaje de mano?
Desde el año 2006 y con recientes modificaciones en 2024, el límite máximo de líquidos permitidos por envase a bordo de un avión es de 100 ml. Esto implica que no se pueden transportar envases de mayor capacidad, incluso si solo contienen 100 ml de líquido. La aplicación de esta normativa varía según el país y la aerolínea, determinando el grado de rigurosidad con el que se implementa.
El año 2006 marcó un hito crucial en la seguridad aérea, ya que se logró frustrar un ataque terrorista que, de haberse llevado a cabo, habría resultado en una tragedia con un gran número de víctimas. El plan consistía en colocar explosivos a bordo de siete aviones que partían de Londres hacia cinco destinos en Estados Unidos y dos en Canadá. La prevención de este ataque fue posible gracias a una exhaustiva investigación llevada a cabo por la policía metropolitana británica, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Sección 5 de Inteligencia Militar (MI5).
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Este ataque se basaba en el uso de explosivos líquidos ocultos en envases de refrescos con colorante para pasar desapercibidos, los cuales serían activados durante los vuelos. Consistía en la mezcla de peróxido de hidrógeno y otros elementos, inyectados en las botellas y luego sellados para ocultar el origen de la explosión en caso de ser llevado a cabo.
Afortunadamente, el ataque fue frustrado y se detuvieron a 24 personas. Sin embargo, esto generó preocupaciones sobre la cantidad de líquido permitida a bordo de los aviones. Después de realizarse pruebas, se estableció el límite de 100 ml, ya que se demostró que las explosiones en botellas de este tamaño serían más difíciles de manejar y podrían representar un riesgo para quien las estuviera manipulando. Esta medida se implementó para prevenir intentos similares en el futuro.