La Ciudad de México esconde numerosos rincones verdes ideales para cuando necesitas conectarte con la naturaleza. El Parque Luis Gonzaga Urbina, más conocido como el Parque Hundido, es un lugar lleno de vida y atractivos únicos, como esculturas, un audiorama y un hermoso reloj floral. A pesar de estar ubicado sobre una de las avenidas más transitadas de México y una de las más largas del mundo, al adentrarte en el parque, el caos del tráfico y los ruidos urbanos desaparecen por completo.
En la entrada del parque, encontrarás una hermosa escultura de Vicente Guerrero, figura fundamental de la guerra de Independencia de México. Desde ese momento, te adentrarás en un espacio de más de 9 hectáreas que te llevará a recorrer la historia de México. Además de ofrecer áreas para el deporte, la música y la recreación, este parque es también un museo al aire libre, donde encontrarás múltiples réplicas de arte prehispánico. Y lo mejor es que es de acceso gratuito y está abierto las 24 horas del día.
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El reloj monumental del Parque Hundido
El lugar más icónico del parque es, sin duda, su monumental reloj floral. Este reloj mecánico, construido en 1977, ha cambiado de diseño a lo largo de los años, pero siempre ha mantenido su belleza. En su inauguración, marcaba la hora con campanadas y melodías de clásicos mexicanos como "Cielito Lindo." El relo, que tiene 10 metros de diametro, se encuentra al final de una enorme escalinata rodeada de fuentes y pequeñas cascadas, en una sección llamada Plaza Dolores del Río, en honor a la emblemática actriz de la Época de Oro del cine mexicano.
Este famoso reloj del parque fue creado por la primera fábrica de relojes monumentales de Latinoamérica, fundada en 1918 y conocida desde 1921 como Relojes Centenario. El primer taller de esta empresa se estableció en Zacatlán, un Pueblo Mágico conocido precisamente por albergar otro reloj monumental. Fieles a su lema, cada reloj que fabrican es diferente y posee características únicas que lo hacen especial.
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Arqueología y música en el Parque Hundido
Otro punto crucial en la historia de este parque, al igual que el reloj floral, se produjo en la década de los 70. En 1972, se instalaron en el parque una serie de reproducciones de piezas arqueológicas, distribuidas en formato de museo al aire libre. Estas piezas están organizadas en seis rutas que representan diferentes culturas: el Altiplano, los Mayas, los Olmecas, los Zapotecas, los Totonacas y la Huasteca. Para distinguir las rutas, puedes fijarte en las marcas de colores en el suelo que te guían a través del recorrido.
En el parque también encontrarás una gran variedad de clases deportivas, algunas de ellas gratuitas, como las clases de karate los domingos. Además, hay cafeterías, panaderías y muchas otras opciones para disfrutar de un día agradable. Por último, y para completar la oferta, el parque cuenta con un audiorama con capacidad para más de 140 personas, donde se realizan eventos de música, poesía, lecturas y obras de teatro. Siempre hay algo interesante en la programación para disfrutar.