En México existen diversos destinos misteriosos que son verdaderas joyas poco conocidas, que asombran a todos aquellos viajeros que hacen de estos sitios su próxima aventura vacacional, y qué mejor ejemplo que este precipicio oceánico que es un enorme ojo de agua, considerado como el más profundo que existe a nivel mundial, por lo que también es uno de los lugares más inexplorados del mundo, pues su alcance hacia el fondo del mar no ha podido ser medida.
Este bello y aterrador lugar se encuentra en el mar Caribe, más específicamente en las costas de Quintana Roo, muy cerca de la orilla, por lo que se ha vuelto necesario determinar si existe algún riesgo para los vacacionistas o habitantes de los lugares cercanos, que en un principio se creía menos profundo, sin embargo, con mediciones más adecuadas se llegó a la conclusión que la primera cifra calculada alrededor de los 270 metros era inexacta.
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Taam ja', agujero marino que no puede ser medido
Este destino fue descubierto en 2023 por los habitantes de las costas de Chetumal, ubicado en la isla de Tamalacab, con las investigaciones iniciales de había determinado la profundidad de 274 metros, por lo que había sido catalogado como el segundo agujero marino más profundo en el mundo, sólo detrás de el Yongle en China, que tiene 300 metros, sin embargo, las más recientes investigaciones revelan que sus profundidades superan 420 m debajo del nivel del mar, ubicándolo como el más profundo, pese a que no se ha llegado exactamente a la profundidad total.
De acuerdo a los investigadores, este bello sitio puede ser catalogado como un cenote, debido a sus características, sin embargo, sólo dista de estas formaciones en la salinidad del agua, así como porque se encuentra totalmente sumergido, por lo que los científicos buscan determinar la naturaleza exacta de este cuerpo, pues se cree que podría tener conexiones subterráneas entre la bahía de Chetumal y el mar Caribe a través de este agujero azul.
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Este bello ojo azul en el mar Caribe forma parte de un sistema de diversos azules ubicados en la Reserva Estatal Santuario del Manatí-Bahía de Chetumal, por lo que el conocer su naturaleza y formación podrá contribuir a desarrollar el conocimiento necesario para que los habitantes y especialistas puedan determinar las formas de cuidarlos y mantenerlos pese al incremento en la llegada de turistas