Hoy, 19 de septiembre, conmemoramos los trágicos terremotos de 1985 y 2017, que sacudieron principalmente las regiones centro, sur y occidente del país. Cada año en esta fecha se realiza un gran simulacro, diseñado como una herramienta útil para preparar a los ciudadanos ante futuros eventos de esa magnitud.
Sin embargo, México ha experimentado varios sismos que han marcado su historia. Hoy te hablaremos de un evento ocurrido en 1957, un año que quizás no nos hace evocar de inmediato con la palabra "sismo", pero que transformó para siempre a la Ciudad de México. ¿Sabes de quél hablamos?
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¿Cuándo fue la caída del Ángel de la Independencia?
El 28 de julio de 1957 tuvo lugar un evento conocido como el "terremoto del Ángel". Este sismo, de 7.8 en la escala de magnitud de momento, comenzó a las 2:40 a.m. con epicentro en la costa chica de Guerrero. Sin embargo, la Ciudad de México fue la más afectada, con un trágico saldo de aproximadamente 700 fallecidos y 2,500 heridos.
El evento es conocido como el "terremoto del Ángel" porque el icónico Ángel de la Independencia, un monumento emblemático de la Ciudad de México inaugurado en 1910, sufrió una caída desde su pedestal debido a la magnitud del sismo. Aunque comúnmente se le llama "el Ángel", en realidad representa a la Victoria Alada, una figura central en la identidad de la CDMX que también sirve como mausoleo y mirador.
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La Victoria Alada es una figura de la mitología romana que simboliza el triunfo. En la mitología romana se le conoce como "Victoria" y en la griega como "Nike", y es en ambas una diosa. En el monumento de la CDMX, la diosa sostiene una cadena rota con tres eslabones, que representan los 300 años de dominio español que se rompieron. Además de la Victoria Alada, el monumento tiene otras esculturas que representan personajes y símbolos de la independencia, pero fue únicamente la Victoria la que cayó durante el sismo de 1957.
El pedestal del monumento mide 36 metros de altura, mientras que la escultura de la diosa tiene 6.7 metros. La caída resultó en su destrucción, a pesar de que estaba hecha de bronce y recubierta de oro. La restauración tomó un año y dos meses, durante los cuales se reforzó el interior de la columna con placas de metal, se reemplazó la escalera de piedra por una de metal, y se construyó desde cero una nueva Victoria Alada. La cabeza destrozada de la antigua escultura puede ser vista en el Archivo Histórico de la Ciudad de México.