¿Tienes un viaje a la vista y estás considerando hacer la maleta, pero tienes dudas sobre lo que puedes llevar a bordo del avión? Estás en el lugar correcto. Lo primero que debes saber al preparar tus pertenencias para un viaje, o al regresar de uno, es que el equipaje de bodega, es decir, el que documentas y no viaja contigo, tiene restricciones diferentes a las del equipaje de mano, que es el que llevas contigo en la cabina del avión.
Como regla general, en el equipaje de bodega están permitidos los líquidos. Dependiendo de la aerolínea y las restricciones específicas de cada país, puedes llevar varias botellas con diferentes líquidos, incluyendo shampoos, latas de comida, bebidas de todo tipo (incluidas las alcohólicas), cremas, etc. Por otro lado, en el equipaje de mano, los líquidos están mucho más restringidos. En la mayoría de los países, debes limitarte a botellas individuales de 100 ml por líquido, y mantenerlos en bolsas transparentes.
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¿Cuántos botes de 100 ml se pueden llevar en el avión?
La confusión sobre las restricciones de líquidos a bordo de los aviones suele originarse por dos dudas principales: ¿Qué se considera un líquido? y ¿Por qué se pueden llevar varias botellas de 100 ml pero no juntas? ¿Cuál es el límite para las botellas de 100 ml? Estamos aquí para aclarar estas cuestiones.
¿Qué se consideran líquidos en un avión?
Aunque pueda parecer una pregunta sencilla, esta duda confunde a muchos pasajeros, no por ingenuidad, sino porque ciertos productos que en otros contextos no consideramos líquidos, como cremas, geles o mermeladas, deben ser clasificados de manera diferente a bordo de un avión. En general, en los viajes en avión, cualquier elemento que no sea completamente sólido se considera un líquido y, a menos que sea menor de 100 ml, deberá ir en el equipaje documentado. ¿Eso incluye una lata de pozole? Sí, no importa que tenga elementos líquidos y sólidos.
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¿Por qué se pueden llevar varias botellas de 100 ml pero no de 1 litro?
La mayoría de las aerolíneas permiten llevar hasta 10 envases de 100 ml en el equipaje de mano, lo que puede llevar a preguntarse si esto no equivale a llevar una botella de un litro. La respuesta se basa en el origen de esta restricción, que surgió a raíz de un atentado terrorista frustrado.
En 2006, se intentó un ataque a bordo de siete aviones que partían de Londres hacia cinco destinos en Norteamérica. La operación fue frustrada gracias a la investigación conjunta de la policía metropolitana británica, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Sección 5 de Inteligencia Militar (MI5).
El plan consistía en ocultar explosivos líquidos en envases que parecían refrescos, mezclarlos y activarlos a bordo. Durante la operación se detuvo a 24 personas, todas con botellas falsas de refrescos. Este incidente llevó a la implementación de la norma de los 100 ml, con la idea de que una mayor cantidad de líquidos facilitaría la activación de explosivos. La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y las aerolíneas de todo el mundo implementaron esta normativa para mejorar la seguridad en los vuelos.