ECOTURISMO

Así son las cavernas más profundas de América que puedes conocer en Oaxaca

A más de mil quinientos metros bajo tierra, en Huautla de Jiménez, se oculta uno de los tesoros naturales más impresionantes del continente, un sistema de cuevas tan enigmático como sagrado, que desafía los límites de la naturaleza y la valentía humana.

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En lo profundo de la Sierra Mazateca, en el corazón de Oaxaca, se esconde un misterio natural que pocos se atreven a explorar. Entre montañas cubiertas de neblina y vegetación espesa, el Sótano de San Agustín sorprende al mundo por su imponente profundidad y su belleza salvaje. Este sistema de cavernas, considerado el más profundo de América, ha sido durante siglos parte de las leyendas locales y hoy es uno de los destinos más impactantes para los amantes de la aventura y la naturaleza.

Viajar hasta Huautla de Jiménez, el municipio donde se encuentran estas cuevas, ya es una travesía. Desde la ciudad de Oaxaca son unas cinco horas por carretera hasta llegar a este Pueblo Mágico envuelto en misticismo y tradición. Pero el esfuerzo se ve recompensado: a medida que el paisaje cambia y la neblina se disuelve entre los cerros, el visitante se adentra en una región marcada por su conexión espiritual con la tierra.

Los habitantes mazatecos creen que estas cuevas pertenecen a Chicón Nindó, el “Señor de los Cerros”. Por eso, entrar en ellas no es solo una excursión, sino un acto de respeto. Antes de comenzar el descenso, los guías locales realizan rituales con copal y velas para pedir permiso a los guardianes del lugar. Según las creencias, quien no cumple con este gesto puede llegar a “perder el alma” dentro del subsuelo.

Poco a poco, la oscuridad se vuelve total. El aire se enfría, y solo el sonido de los arroyos subterráneos rompe el silencio. La caverna alcanza una profundidad cercana a los 1,560 metros y se extiende por más de 56 kilómetros de pasajes, túneles y cascadas ocultas bajo la tierra. En algunas zonas, los espeleólogos deben descender entre paredes húmedas, cruzar ríos y avanzar durante horas bajo condiciones extremas.

Una maravilla natural y sagrada

No cualquiera puede internarse en este laberinto. Por la complejidad del terreno, solo los espeleólogos experimentados pueden realizar la exploración completa, ya que el recorrido requiere equipos especializados de buceo, iluminación y comunicación. Sin embargo, quienes deseen vivir una experiencia cercana pueden contratar guías locales autorizados que conducen recorridos seguros por las zonas más accesibles del sistema.

El entorno es un espectáculo natural: cascadas de agua cristalina, formaciones rocosas esculpidas por millones de años y una vegetación que pinta de verde intenso cada rincón. Es un lugar que combina misterio, historia y espiritualidad.

La otra joya de Oaxaca

A unas horas de ahí, también en la Sierra Juárez, se encuentra otro de los gigantes subterráneos de México: el Sistema Cheve, un conjunto de cavernas que figura entre las diez más profundas del planeta. Durante una expedición internacional en 2021, investigadores descubrieron más de 20 kilómetros de túneles inexplorados. Su profundidad máxima conocida supera los 1,480 metros, y aún no se ha encontrado su final.

El Cheve y el Sótano de San Agustín forman parte del impresionante patrimonio natural de Oaxaca. Ambos sistemas son un desafío para la ciencia, un imán para los aventureros y un símbolo de respeto para las comunidades que los protegen.

Cavernas. Fuente: Pexels: hoang 

Aventurarse al corazón de la tierra

Visitar las cavernas de San Agustín no es solo una excursión, es una experiencia de conexión con lo más profundo de la naturaleza mexicana. Desde la entrada, cubierta por vegetación y envuelta en neblina, hasta las entrañas donde el tiempo parece detenerse, cada paso recuerda que en Oaxaca aún existen rincones donde la tierra guarda sus secretos mejor protegidos.

Porque allí, bajo kilómetros de piedra, agua y silencio, México tiene un corazón que late en la oscuridad, esperando a quienes se atrevan a descubrirlo.