Cuando el verano se despide y las multitudes se dispersan, la Riviera Nayarit revela su mejor versión. Este tramo de costa mexicana, que se extiende por más de 300 kilómetros entre junglas, acantilados y arenas doradas, se convierte en un santuario de paz durante el otoño. Es la época perfecta para redescubrir sus tesoros ocultos, esos rincones que conservan la esencia natural del Pacífico.
Viajar por Nayarit en esta estación es una experiencia diferente. El calor es más suave, las playas lucen despejadas y los atardeceres adquieren un tono dorado que enmarca los pueblos costeros con una atmósfera mágica. Cada rincón ofrece una historia: desde playas vírgenes custodiadas por palmeras hasta miradores selváticos donde el tiempo parece detenerse.
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Más allá de los resorts y las zonas más concurridas, la Riviera Nayarit guarda espacios que todavía se sienten auténticos. Pequeños pueblos pesqueros, bahías secretas y santuarios naturales componen una ruta perfecta para quienes buscan una conexión real con la naturaleza.
A continuación, te presentamos seis de esos lugares únicos que combinan tranquilidad, paisajes impresionantes y un toque de aventura. Todos ideales para vivir el otoño 2025 lejos del ruido y cerca del mar.
1. Punta Monterrey
Este rincón virgen en el municipio de Bahía de Banderas es uno de los secretos mejor guardados del Pacífico. Rodeada de selva y con acceso por caminos sin pavimentar, Punta Monterrey ofrece una experiencia íntima y ecológica. Su oleaje moderado la hace ideal para nadar o surfear, y su playa, custodiada por los lugareños, mantiene un equilibrio perfecto entre descanso y respeto ambiental.
2. Playa La Lancha
También en Bahía de Banderas, La Lancha, conocida por su arena dorada y su entorno selvático, se ha convertido en un paraíso para surfistas de todos los niveles. Llegar implica una breve caminata por un sendero entre árboles, lo que le da un toque de aventura. Es perfecta para relajarse bajo el sol o disfrutar de un picnic frente al mar durante la marea baja.
3. Isla del Coral
A tan solo 10 minutos en lancha desde Rincón de Guayabitos, esta isla deslumbra con sus aguas cristalinas y su fauna marina. Es uno de los mejores sitios de Nayarit para practicar esnórquel o paddleboard. En otoño, su ambiente tranquilo permite disfrutar del sonido del mar sin aglomeraciones.
4. La Alberca de Mar
Ubicada frente al Palladium Resort, esta piscina natural de agua salada se forma gracias a la marea. Solo es posible nadar cuando el océano la llena, creando un espectáculo único. Es perfecta para quienes buscan experiencias distintas y un contacto directo con la naturaleza.
5. Cerro del Mono
Cerca de Higuera Blanca, este mirador natural ofrece una de las panorámicas más impresionantes de la Riviera Nayarit. Hay rutas para senderistas principiantes y expertos, y en otoño, el clima templado hace del ascenso una caminata inolvidable. Desde la cima se observa la inmensidad del Pacífico y la vegetación tropical que envuelve la región.
6. Playa Litibú
Con casi dos kilómetros de costa, esta playa combina ecoturismo y lujo. Mientras algunos disfrutan del campo de golf diseñado por Greg Norman, otros se maravillan con su entorno selvático y las actividades naturales como el avistamiento de ballenas o la liberación de tortugas. En otoño, cuando el mar se calma, Litibú se convierte en un escenario de serenidad y belleza pura.
Visitar estos rincones en otoño es descubrir el alma tranquila de la Riviera Nayarit: un destino que brilla con luz propia cuando la temporada baja llega. Aquí, cada ola, sendero y atardecer guarda el encanto de lo auténtico.