Hay fines de semana que piden una pausa, y el norte y occidente de México son el escenario perfecto para lograrlo. Entre montañas, pueblos mágicos y paisajes agaveros, Monterrey y Guadalajara ofrecen rincones donde el tiempo parece detenerse.
Desde un paseo junto al agua hasta un bosque cubierto de niebla, cada destino tiene un encanto propio. Lo mejor, todos están a pocas horas de las ciudades principales y cuentan con rutas, hospedaje y actividades listas para vivir sin complicaciones.
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Una escapada no necesita planearse con meses de anticipación. A veces basta con preparar el auto, elegir un buen playlist y lanzarse a descubrir esos lugares que combinan naturaleza, historia y sabor local.
Aquí te dejamos nueve destinos imperdibles que puedes visitar desde Monterrey o Guadalajara, perfectos para volver renovado en menos de 48 horas.
1. Santiago, Pueblo Mágico (Nuevo León)
A tan solo media hora de Monterrey, Santiago brilla por su arquitectura colonial y su espíritu relajado. Sus miradores, casonas antiguas y calles empedradas invitan a caminar sin prisa. Desde su plaza central puedes recorrer el río, probar cabrito o cortes en los restaurantes locales, y aprovechar para visitar sus cascadas y presas cercanas.
2. Parque Ecológico Chipinque (San Pedro Garza García)
Ubicado dentro de la Sierra Madre Oriental, Chipinque es el pulmón verde de Monterrey. Con más de 1.700 hectáreas, ofrece veredas, miradores y un paisaje que combina montaña y ciudad. Perfecto para hacer senderismo o ciclismo suave, sus vistas panorámicas son un espectáculo al amanecer.
3. Parque La Huasteca (Santa Catarina)
El cañón más emblemático de Nuevo León forma parte del Parque Nacional Cumbres de Monterrey. Sus enormes paredes de piedra caliza atraen a escaladores, ciclistas y senderistas de todo el país. Es ideal para un día de picnic o una caminata tranquila entre montañas que parecen tocar el cielo.
4. Cascada Cola de Caballo (Santiago)
A solo unos minutos del centro del pueblo, esta caída de agua de 25 metros es una de las postales más famosas del norte. El parque ecoturístico que la rodea cuenta con senderos, miradores y zonas para descansar entre la bruma y el sonido del agua. Una parada imperdible para quienes buscan naturaleza sin esfuerzo.
5. Presa La Boca (Santiago)
Si el plan es relajarse frente al agua, este embalse es la mejor opción. Aquí puedes dar un paseo en lancha, practicar pesca recreativa o comer en los restaurantes del malecón. Es el punto favorito de las familias regias para pasar una tarde tranquila con vista a las montañas.
6. Tequila y el Paisaje Agavero (Jalisco)
Desde Guadalajara, el pueblo de Tequila es un ícono mexicano. Entre sus calles empedradas se esconden destilerías centenarias, museos y los campos de agave azul declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Puedes recorrerlos en tren temático o simplemente caminar entre los agaves al atardecer.
7. Ajijic y la Ribera de Chapala (Jalisco)
Frente al lago más grande de México, Ajijic destaca por su clima templado y ambiente bohemio. Su malecón lleno de color, sus galerías de arte y sus cafés con vista al agua lo hacen perfecto para desconectar del ritmo citadino. Fue nombrado Pueblo Mágico en 2020 y se ha vuelto un refugio de descanso con alma artesanal.
8. Tapalpa, bosque y piedras gigantes (Jalisco)
Entre pinos y montañas, Tapalpa combina la vida rural con paisajes de cuento. El Valle de los Enigmas, conocido por sus enormes formaciones rocosas “Las Piedrotas”, es ideal para hacer caminatas o volar en parapente. Su centro histórico, lleno de casas blancas y techos de teja, invita a probar ponche caliente o queso artesanal.
9. Mazamitla (Jalisco)
A dos horas de Guadalajara, Mazamitla es sinónimo de cabañas, chimeneas y aire puro. Su encanto radica en su arquitectura de madera y los senderos que conducen a la cascada El Salto. Es el destino favorito para parejas o grupos que buscan un fin de semana de descanso en medio del bosque.
Desde Monterrey o Guadalajara, cualquiera de estas escapadas puede organizarse en menos de un día. Ya sea que prefieras la adrenalina de las montañas o la calma de un lago, todos estos destinos comparten algo, están lo suficientemente cerca para irte sin avisar y tan encantadores que vas a querer volver