Viajar dentro de México con tu mascota no tiene por qué convertirse en una experiencia estresante si eliges el medio de transporte adecuado para cada situación. Para la mayoría de los lomitos y michis, el autobús suele ser la alternativa más tranquila. No hay cambios bruscos de ambiente, el ruido es menor y el embarque es mucho más sencillo. Además, algunas empresas dejan que la transportadora vaya cerca de ti, lo que ayuda muchísimo si tu peludo es nervioso y necesita sentirte cerca.
El avión puede ser útil cuando la distancia es grande, pero el proceso es más estricto. Hay revisiones, documentos, filas, ruido y, en algunos casos, el animal debe viajar en bodega. Para un perro o gato sensible, eso puede ser demasiado. Entre el movimiento, el ambiente del aeropuerto y la cantidad de estímulos, el estrés se acumula rápido si no está acostumbrado.
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Por eso, si la ruta no es tan larga, el autobús suele ser la ruta más amable para ellos. Y para distancia que sí ameritan avión, es recomendable revisar bien los requisitos para evitar momentos incómodos. Desde certificados hasta medidas de transportadora, cada detalle hace la diferencia para que lleguen tranquilos al destino.
Viajes en avión con animales
Cuando la única opción es volar, hay reglas generales que debes tener claras. La transportadora debe estar limpia, ventilada y del tamaño correcto. Muchas aerolíneas no permiten objetos como camas o juguetes dentro, pues se retiran durante la revisión. Si tu mascota necesita alimento o medicinas durante el trayecto, debes avisarlo antes. También ten presente que no todas las aerolíneas manejan los mismos formularios o verificaciones, así que más vale revisarlo con calma.
Cada aerolínea tiene sus reglas sobre cabina y bodega. En general, los animales pequeños pueden ir arriba contigo si el peso total no supera los 10 kg con todo y transportadora. En cambio, los más pesados deben viajar abajo dentro de un contenedor rígido. Los perros de servicio son una excepción, ya que pueden estar junto a su humano sin importar tamaño siempre que no bloqueen pasillos.
En lo económico, los precios varían bastante. Algunas empresas fijan tarifas dependiendo de la ruta y si la mascota va arriba o abajo. En vuelos internacionales puede subir bastante, incluso llegar a 500 dólares. Por eso te recomendamos comprar el espacio de tu mascota al mismo tiempo que tu boleto, porque los lugares se acaban rápido.
Consejos para viajar con animales
Si decides viajar en autobús, también hay costos y reglas que debes tener en cuenta. Algunas líneas permiten mascotas sin cargo extra, mientras que otras aplican una tarifa dependiendo del tamaño y el tipo de transportadora. Varias empresas solicitan que el animal vaya sedado o en un compartimiento específico, y en trayectos largos pueden cancelar el viaje si la temperatura es extrema. Por eso es útil comparar opciones antes de comprar el boleto, así evitas sorpresas y eliges el trayecto más cómodo para tu peludo.
Antes de subirte al avión, necesitas una visita al veterinario. Ahí confirmas que tu mascota puede volar sin riesgo, sobre todo si tiene problemas respiratorios, ansiedad o si pertenece a una raza braquicéfala. También revisan la edad mínima y cualquier condición especial que pueda complicar el trayecto. Con esa aprobación, el vuelo se vuelve más seguro para ambos.
Y para que todo salga bien, hay varios detalles sencillos que ayudan muchísimo: que coma por última vez entre cuatro y cinco horas antes, que haga una caminata corta antes de entrar al aeropuerto, que su kennel tenga algo con tu olor y que esté bien hidratado. Si revisas clima, aerolínea y normas con anticipación, podrás viajar con tranquilidad. Con información y buena planeación, tu peludo puede acompañarte sin que el viaje sea una maratón de estrés para ninguno de los dos.