Esta temporada invernal la playa Boca del Cielo se convierte en una alternativa ideal para quienes buscan un espacio tranquilo y sin aglomeraciones para vacacionar. Ubicada en el municipio de Tonalá, en la costa del Pacífico chiapaneco, este destino sorprende por la unión natural entre un estero calmado y el océano abierto.
A diferencia de otras playas más concurridas como Puerto Arista, Boca del Cielo conserva una atmósfera relajada incluso en diciembre y enero, cuando muchos viajan fuera de temporada. Las aguas tranquilas del estero y las olas moderadas del Pacífico permiten disfrutar tanto de nadar como de contemplar el atardecer sin sentir el bullicio de los clásicos destinos de playa.
Te podría interesar
Además de sus paisajes, este rincón de Chiapas mantiene una biodiversidad notable, con manglares que resguardan aves y vida marina típica de la región, integrando una oferta turística que combina tranquilidad y contacto con la naturaleza.
Boca del Cielo perfecta para explorar y descansar
Boca del Cielo es conocida por su geografía única: una bocabarra natural donde el agua del estero de La Joya se encuentra con el mar, formando un ambiente ideal para todo tipo de visitante. El paisaje, de arena fina y tonos grisáceos, está flanqueado por palapas y cabañas rústicas donde los turistas pueden hospedarse disfrutando de la cercanía al mar y a las lagunas naturales.
Para quienes aman el ecoturismo y el contacto con la fauna, hay opciones de paseos en lancha, kayak, observación de aves y pesca deportiva, actividades que combinan aventura suave con paisajes costeros auténticos.
Además, el clima cálido durante la temporada de invierno —con temperaturas que rondan entre los 27 °C y 33 °C— hace que los meses de diciembre a abril sean ideales para visitar sin la presencia de lluvias intensas.
El ambiente natural de Boca del Cielo también permite experiencias únicas como acampar en playas tranquilas, colocar hamacas bajo palmeras y disfrutar de gastronomía local basada en mariscos frescos, como mojarra, camarón y lisa. Las comunidades ribereñas ofrecen servicios sencillos y auténticos, reforzando la sensación de estar lejos del turismo masivo que caracteriza a otros balnearios populares.
La playa es también sede de un campamento tortuguero, uno de varios en la costa chiapaneca, donde visitantes pueden conocer los esfuerzos de preservación de tortugas marinas y, en temporada, participar en la liberación de crías hacia el océano.
En temporada invernal, Boca del Cielo se presenta como un refugio perfecto para familias, parejas o viajeros solitarios que buscan desconexión, tranquilidad y un paisaje natural incomparable.
Ya sea que busques descansar bajo el sol, explorar manglares o simplemente caminar por la arena al atardecer, Boca del Cielo te espera como un destino auténtico donde el cielo y el mar parecen unirse en un solo horizonte.