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La zona arqueológica gratuita en Edomex a la que puedes llegar en transporte público

Escalinatas antiguas, terrazas elevadas y un increíble mirador al valle forman parte de este sitio poco conocido

Llegar en transporte público.La zona arqueológica gratuita y secreta en EdomexCréditos: Canva
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México es un paraíso para quienes disfrutan del mundo de la arqueología, con casi 200 zonas arqueológicas abiertas al público en distintos estados. Si te mueves entre la CDMX y sus alrededores, el abanico de opciones también es enorme. Hoy nos toca hablar de un sitio poco conocido, con acceso gratuito y al que puedes llegar en transporte público de forma súper sencilla. Se trata de la zona arqueológica de Huamango, en el Estado de México.

Huamango se localiza a unos 167 kilómetros de la Ciudad de México y el trayecto en auto toma alrededor de dos horas y media. Está en la parte alta de la Mesa de San Miguel, en el municipio de Acambay, a casi 2,850 metros sobre el nivel del mar. El entorno cambia conforme subes y la vista se abre hacia el Valle de Acambay, también llamado Valle de los Espejos. 

El nombre Huamango significa “Lugar de vigas” o “Madera sin labrar”, una referencia directa a los materiales y técnicas de construcción usados en la zona. El sitio puede visitarse de martes a domingo, en un horario de 10:00 a 17:00 horas, y no tiene costo de entrada. Al llegar solo hay que registrarse, dejar un comentario y seguir las indicaciones básicas del lugar. No hay grandes servicios en el lugar, por lo que te recomendamos llevar agua y comida.

Este asentamiento fue habitado por grupos de origen otomiano entre los años 900 y 1300 d.C. Su ubicación fue pensada ya que desde ahí se vigilaban rutas y movimientos provenientes del norte y el occidente. Además de su función estratégica, también tuvo un papel ceremonial importante. Se cree que en este punto se realizaban rituales dedicados al Padre Viejo, relacionado con el Sol y el Fuego, y a la Madre Vieja, vinculada con la luna y la tierra.

¿Cómo llegar desde la CDMX a la zona arqueológica de Huamango?

Llegar en transporte público desde la CDMX es muy fácil. Debes ir a la Terminal de Autobuses del Poniente, en Observatorio, y tomar un autobús de la línea Flecha Roja con destino a Acambay, con un costo aproximado de 230 pesos. Una vez en la terminal, un taxi te lleva en unos 15 minutos hasta la zona arqueológica, ya que la distancia es de alrededor de siete kilómetros. 

Para continuar vamos a contarte un poco más sobre el lugar: las investigaciones arqueológicas se llevaron a cabo entre 1976 y 1977 y permitieron identificar dos periodos de ocupación. El primero, entre 900 y 1100 d.C., muestra similitudes con Tula, especialmente en objetos como incensarios y braseros. El segundo, entre 1200 y 1300 d.C., tiene relación con zonas como Teotenango y Calixtlahuaca. Muchos de los materiales encontrados fueron trasladados al Museo Antonio Ruiz Pérez, en la cabecera municipal de Acambay.

Con estos datos podrás darte una mejor idea de lo que vas a encontrarte: en cuanto a su estructura, Huamango ocupa cerca de seis hectáreas y se divide en dos conjuntos arquitectónicos. El Conjunto A, ubicado al oeste, incluye un basamento conocido como El Palacio, con dos cuerpos y una escalinata central. El Conjunto B, al este, alberga el llamado Templo del Guerrero, formado por tres cuerpos superpuestos y un altar frontal. Alrededor se distribuyen plataformas habitacionales que permiten imaginar cómo se organizaba la vida cotidiana.

La historia detrás de la  zona arqueológica de Huamango

El terreno no era sencillo para construir, pero los antiguos habitantes resolvieron el problema con terrazas artificiales y muros de contención que en algunos puntos alcanzan dos metros de altura. Los edificios tenían pisos de estuco, techos sostenidos por vigas y áreas destinadas a fogones. Todo el conjunto responde a una planeación pensada tanto para funciones rituales como para el control del espacio.

Uno de los puntos imperdibles en tu visita a este lugar es el mirador natural que se forma en lo alto de la meseta. Desde ahí se aprecian cerros y formaciones que rodean el valle, además de antiguos aguajes usados para la siembra. El sitio es pequeño en comparación con otras zonas arqueológicas, pero vale la pena conocerlo y además es una opción perfecta si no eres de multitudes y filas.