¿Alguna vez te has preguntado qué le pasa a tu maleta justo después de que la dejas en el mostrador del aeropuerto? No desaparece por arte de magia, aunque lo parezca. En realidad, entra a un sistema muy bien armado, lleno de sensores, cintas y tecnología que trabaja en silencio para que todo llegue a donde debe. El AIFA mostró cómo funciona este proceso que, aunque ocurre en muchos aeropuertos, pocas veces nos detenemos a imaginar.
Todo arranca cuando le colocan a tu maleta una etiqueta con un código de barras. Ese código es como su pase de abordar: lleva toda la información del vuelo, destino y conexiones. Luego, entra en acción una cinta transportadora que la lleva por unos pasillos mecánicos hasta una zona donde unas máquinas escanean el código para saber hacia dónde debe ir. Ahí empieza su recorrido sin ti, pero muy bien vigilada.
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La maleta va avanzando entre brazos robóticos y rodillos que la empujan con precisión hacia el lugar correcto. En el trayecto, también pasa por varios filtros de seguridad, como rayos X y sensores que revisan si todo está bien. Si no hay problema, sigue su camino directo al avión. Pero si algo llama la atención, la detienen para una revisión manual. Así que sí, también tiene sus propios controles de seguridad.
Cuando aterrizas, apenas bajan las maletas del avión, un equipo en tierra las pone en otra cinta que las lleva hacia el área de llegadas. Ahí vuelve a activarse el sistema para enviarla a la banda que te corresponde. Mientras tu miras con cara de “¿dónde está mi maleta?”, ella está en su propia misión para reencontrarse contigo.
¿Qué es el BHS en aviación?
El Sistema de Manejo de Equipaje, conocido como BHS (por sus siglas en inglés), es el encargado de mover tu maleta documentada por todo el aeropuerto sin que te des cuenta. Mientras tú vas caminando al avión, tu maleta se lanza por un laberinto subterráneo hecho de máquinas, escáneres y cintas. Así que la próxima vez que la veas aparecer por la banda, ya sabes que tuvo su propia aventura.
En el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), tu maleta vive esa experiencia. Apenas la documentas, entra a ese sistema automatizado llamado BHS, que se encarga de moverla por su cuenta a través de una especie de autopista subterránea. Ya sea rumbo al avión o de regreso a tus manos en la banda, todo está diseñado para que no se pierda en el camino.
Este sistema tiene ojos en todas partes, con monitoreo en tiempo real y una red de cintas que suman unos 8 kilómetros. Gracias a eso, el AIFA puede mover más de dos mil maletas al día sin que se arme un caos. Incluso cuando hay mucha gente, las maletas siguen su ruta sin atascos.
Cuando aterrizas, tu maleta tarda en promedio entre 4 y 7 minutos en llegar a la banda. Todo este nivel de automatización ayuda a que las maletas no se pierdan en acción y que tu experiencia no se complique más de lo necesario. Así que mientras tú estiras las piernas después del vuelo, pasas por los controles y migraciones, tu equipaje ya va en camino.