Entre las montañas que separan Querétaro e Hidalgo, hay un rincón poco conocido donde el agua brota de una peña y forma pozas termales color esmeralda. Se trata de los Manantiales de Xidhí, un lugar bellísimo que puedes visitar por tan solo 100 pesos. El agua cálida corre entre rocas, formando espacios naturales perfectos para nadar y relajarte.
A solo 45 minutos de Cadereyta, un Pueblo Mágico lleno de vida, comienza la ruta hacia este destino que mantiene su esencia natural. La temperatura del agua ronda los 36°C y el entorno está libre de grandes construcciones, lo que crea una atmósfera tranquila, auténtica y muy distinta a los sitios turísticos convencionales. Puedes llegar caminando o en lancha, dependiendo de si buscas aventura o un trayecto más relajado.
Te podría interesar
Además de las pozas termales, la región tiene muchas sorpresas. Sitios como El Aguacate, El Géiser o la Zona Arqueológica de Pahñú están muy cerca. Gracias a la proximidad con Hidalgo, puedes armar un recorrido que cruce ambos estados, con balnearios, islas en la presa Zimapán y comunidades llenas de historia. Todo esto sin necesidad de gastar mucho ni alejarse demasiado de la ciudad.
Xidhí también es una gran opción si decides quedarte más de un día. Puedes acampar en zonas acondicionadas o rentar una cabaña con vista al valle. Hay lugares como el Campamento Japi o El Aguacate, donde además de dormir cómodamente, encontrarás comida, regaderas y espacios para cargar tus dispositivos. Por la noche, el cielo despejado y el sonido del agua serán tu mejor compañia.
¿Cómo llegar a los manantiales de Xidhí?
Llegar no es complicado. Si viajas desde Querétaro, toma un autobús a Cadereyta y luego otro hacia la comunidad de Xidhí. Desde Hidalgo, puedes cruzar la Presa Las Adjuntas en lancha desde Tecozautla. Ya en la comunidad, puedes bajar a las pozas por un sendero sin pavimentar o tomar otra lancha desde puntos como Punta Xodhé o Tzibanzá. El camino también forma parte de la aventura.
Con paisajes que parecen de otro mundo, agua termal todo el año y un ambiente de calma, Xidhí es perfecto para escapar del ruido, desconectarnos del caos urbano y reconectar con la naturaleza. Es uno de esos lugares que no muchos conocen, pero que terminan dejando huella. Vale la pena ir, vivirlo y, si se puede, volver.
Y por si te lo preguntabas: un manantial es un lugar donde el agua brota de forma natural desde el interior de la tierra. No necesita bombas ni tuberías; simplemente surge, alimentada por lluvias que se filtran por las montañas y se acumulan en el subsuelo. Esa agua, al pasar por distintos minerales, muchas veces sale tibia y cargada de propiedades que la gente ha aprovechado desde hace siglos para relajarse o sentirse mejor.