¿Sientes que el calor ya te secó las ideas? Pues anímate, porque hay una ESCAPADA que parece ser la respuesta a todos tus problemas: un circuito de manantiales en Querétaro a los que puedes llegar fácil desde la CDMX. Necesitas un finde sin lluvia y ganas de mojarte en aguas claras. El circuito implica conocer la presa Zimapán, la isla Tzibanzá, los manantiales El Aguacate, Xadhí y Taxidhó, para cerrar con el parque acuático El Géiser.
Para empezar el roadtrip con el pie derecho, lo mejor es hacer base en el Pueblo Mágico de Cadereyta de Montes. Desde la CDMX hay unas 3 horas y 30 minutos de camino si vas por la autopista México 57D. La ruta no es complicada: sales por Insurgentes, conectas con la México–Pachuca, das vuelta por el Circuito Exterior Mexiquense y luego te lanzas hacia la México–Querétaro. Pasa por San Juan del Río y toma la carretera 120 rumbo a Jalpan de Serra.
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Una vez que llegues a Cadereyta, el siguiente paso es lanzarte a la presa Zimapán, que está 1 hora y media manejando por caminos rurales. No te espantes si ves curvas y pueblos pequeños; la ruta está bien señalizada y al final todo desemboca en un oasis. Ahí empieza oficialmente la aventura: puedes subirte a una lancha y recorrer la presa, comprar artesanías y comer rico.
¿Cuál es el circuito de manantiales en Querétaro?
Desde ese punto, toca cruzar a la isla Tzibanzá. Imagina una islita rodeada de montañas, con cabañas rústicas, palmeras y albercas. Todo lo que necesitas para no pensar en el tráfico, los pendientes o las stories de instagram. Puedes dormir ahí, hacer kayak, aventarte al agua o tirarte a ver el cielo. De noche, hay estrellas. De día, hay pozas. Y entre ambas, mucha paz.
Siguiendo el recorrido, el camino lleva a los manantiales El Aguacate y Xadhí, donde el agua termal brota entre piedras como si estuvieras en un spa natural de otro planeta. La entrada está baratísima, por 100 pesos puedes ir armando el picnic. Si tienes ganas de más, cerquita está Taxidhó.
En Taxidhó también hay aguas termales, zonas para nadar, kayaks y más. La entrada no pasa de los 50 pesos, y es de esos lugares donde el agua choca con los riscos y se forma una vista que sí o sí quieres para tu fondo de pantalla. Además, puedes llegar desde varias rutas.
¿Te quedaste con ganas de chapotear más? No te preocupes, porque el siguiente punto es El Géiser, un parque acuático con todo: toboganes, miradores, vapor que sale del suelo y pozas rústicas. Puedes pasar el día entero ahí, comer y hasta dormir si no te quieres regresar de inmediato. Muy cerca de ahí está Pahñú, una zona arqueológica con ruinas que te cuentan historias de hace mil años.