En el extremo norte de Canadá, a orillas de la Bahía de Hudson, se encuentra uno de los paisajes más impactantes del país. Churchill, ubicado en Manitoba, es un poblado aislado donde la vida sigue el compás de la naturaleza salvaje. A pesar de su ubicación lejana, muchos viajeros lo eligen para observar de cerca a los famosos osos polares y a las elegantes belugas.
No hay carreteras que lleguen a este sitio, solo es posible arribar en tren o por vía aérea. Ese aislamiento le da un atractivo único. Quienes visitan este entorno helado encuentran formaciones rocosas talladas por glaciares y cielos que, en muchas noches del año, se iluminan con luces verdes gracias a las auroras boreales.
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Además de ser reconocido por sus osos, este destino es ideal para admirar belugas en verano, cuando estas ballenas blancas llegan en grupos al río Churchill. También es posible cruzarse con búhos blancos, zorros del ártico, lobos y cientos de aves migratorias que llegan cuando termina el invierno.
Churchill posee un fuerte vínculo con las raíces indígenas y los primeros europeos que exploraron la zona. Esa mezcla cultural se refleja en sus construcciones antiguas, como el Prince of Wales Fort, en las piezas inuit que se exhiben en centros culturales y en los murales que decoran sus calles con historias del norte.
Un paseo entre osos polares
La época ideal para encontrar osos polares en Churchill va de octubre a noviembre, ya que es cuando estos mamíferos se aproximan al borde costero para aguardar el congelamiento del mar en la Bahía de Hudson. A bordo de transportes adaptados conocidos como tundra buggies o mediante paseos en bote durante la temporada cálida, es posible contemplarlos sin correr riesgos mientras se desplazan por su hábitat natural.
Existen propuestas inolvidables, como hospedajes sustentables de alto nivel que ofrecen caminatas guiadas sobre el terreno helado o la posibilidad de abrir los ojos por la mañana y ver un oso mirando desde afuera. Algunas travesías incluso suman senderismo entre campos cubiertos de flores silvestres y lagos color esmeralda que aparecen con el deshielo.
Belugas, auroras y aventura
En la temporada de calor, una gran cantidad de belugas se concentra en las aguas templadas del estuario, donde encuentran las condiciones ideales para alimentarse y tener crías. Se pueden observar desde pequeñas embarcaciones, canoas o incluso nadando con equipo de buceo ligero. Estas criaturas marinas son amigables, ruidosas y llenas de curiosidad: mueven el cuello para mirar a quienes se acercan y producen distintos ruidos que les han dado el sobrenombre de “pájaros cantores del océano”.
Al llegar la noche, el firmamento ofrece otro tipo de magia. Las luces del norte suelen aparecer con regularidad en esta zona debido a su posición geográfica y la escasa iluminación artificial. Hay tours especiales que suman capturas fotográficas nocturnas y explicaciones científicas sobre los astros, todo bajo el cielo estrellado.
Cultura viva y paisajes inolvidables
Churchill también permite asomarse al lado más cotidiano de su cultura: ferias donde se venden productos locales, panaderías que siguen preparando dulces con influencia lusa, y manos artesanas que mantienen vivas las raíces de las primeras comunidades de la región. A esto se suman vestigios históricos como el fuselaje del antiguo avión Miss Piggy o las fortificaciones construidas en el siglo XVIII, que permanecen como huellas silenciosas entre el hielo y el viento.
En este rincón del planeta, la naturaleza indómita convive con la historia y la tradición, brindando una experiencia inigualable. Cada jornada puede regalar el encuentro inesperado con un zorro ártico o con auroras que pintan el firmamento. Más que una simple escapada, se siente como caminar dentro de un relato mágico en el fin del mundo.
Preguntas turísticas sobre Churchill
- ¿Cómo se llega a Churchill?
Solo en tren o avión desde Winnipeg, no hay rutas terrestres.
- ¿Cuándo ver osos polares?
Entre mediados de octubre y finales de noviembre.
- ¿Cuántas belugas se pueden ver en verano?
Más de 60.000 belugas migran al estuario del río Churchill.
- ¿Se pueden ver auroras boreales todo el año?
Sí, hay visibilidad hasta 300 noches por año.
- ¿Hay alojamiento en Churchill?
Sí, hay hoteles básicos y lodges ecológicos de lujo, pero se recomienda reservar con anticipación.