DESTINO MONTAÑOSO

La ruta entre montañas donde nace la leyenda de los volcanes amantes Iztaccíhuatl y Popocatépetl

Un recorrido por el Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl, es un lugar donde naturaleza, cultura y leyendas se unen en un paisaje que corta la respiración

Destino montañoso.Parque Nacional Iztaccíhuatl-PopocatépetlCréditos: Canva
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Entre los pinos, el murmullo del aire rompe la quietud de la sierra. El clima gélido y limpio parece guardar relatos milenarios que descienden desde las cimas heladas. Con la primera luz del día, el horizonte se baña en dorado mientras el sol ilumina las figuras majestuosas del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, guardianes de la Sierra Nevada y protagonistas de una leyenda de amor eterno.

Avanzar por este sendero es como recorrer un libro vivo, donde cada tramo revela un escenario distinto. Caminos que cruzan bosques de oyameles y praderas de altura conducen a puntos panorámicos desde donde se aprecia el Valle de México y, en días claros, el Pico de Orizaba. El frío revitaliza el cuerpo, pero es la vista la que conmueve profundamente.

En cada tramo, la historia cobra forma, Iztaccíhuatl, la “Mujer Blanca”, reposa dormida, mientras Popocatépetl, el “Cerro que humea”, cuida su descanso con fuego constante. Este relato de pasión y tragedia sigue vivo en quienes contemplan sus perfiles.

Más que un paseo natural, es un encuentro con raíces culturales. Estas montañas fueron sagradas para antiguos pueblos, consideradas morada divina y fuente de agua. Hoy son un santuario ecológico y un lugar donde muchos buscan reconectar con lo esencial.

Un santuario de biodiversidad

El Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl resguarda más de 39 mil hectáreas cubiertas de pinos, oyameles y encinos, además de praderas de altura que sobreviven cerca de las nieves eternas. Entre sus habitantes destacan el venado cola blanca, el coyote, el lince y el teporingo, un conejo único de la zona y en riesgo de desaparecer. También alberga más de 160 tipos de aves, como halcones, colibríes y jilgueros.

La vegetación es igualmente rica: pinos que prosperan por encima de los 4,200 metros y hongos silvestres aprovechados desde tiempos antiguos por comunidades locales. Esta diversidad se explica por su ubicación privilegiada en el Eje Volcánico Transversal, donde se unen las zonas neártica y neotropical.

Aventura y contemplación

Las actividades para recorrerlo son variadas, caminatas, ciclismo de montaña, paseos a caballo, campamentos y ascensos guiados para quienes tienen experiencia. El Paso de Cortés es uno de los sitios más visitados por sus vistas impresionantes.

Las rutas de media montaña ofrecen un desafío moderado, mientras que subir al Iztaccíhuatl exige entrenamiento y equipo especial. Sin importar la elección, siempre se obtiene lo mismo: un encuentro directo con la naturaleza y una calma que pocos lugares ofrecen.

Estas rutas de media montaña son un destino que te llena de inspiración. Fuente: Canva.

Consejos para visitarla

El periodo más conveniente para realizar este recorrido va de noviembre a marzo, cuando las condiciones climáticas suelen ser más favorables y el paisaje se aprecia con mayor claridad. Se sugiere usar ropa en varias capas, portar calzado apropiado, bloqueador solar y suficiente hidratación. El acceso al parque o reserva natural tiene un costo de 120 pesos mexicanos por visitante, con tarifas reducidas para residentes nacionales, profesores y estudiantes.

Datos útiles para visitar este Parque Nacional

¿Dónde está ubicada?

En los estados de México, Puebla y Morelos, en la Sierra Nevada.

¿Cuál es la altitud máxima?

Popocatépetl: 5,542 msnm; Iztaccíhuatl: 5,230 msnm aprox.

¿Cuánto cuesta la entrada?

$120 MXN por persona/día, con descuentos para ciertos grupos.

¿Qué actividades se pueden hacer?

Senderismo, ciclismo, alpinismo, campismo y paseos a caballo.

¿Cuál es la mejor época para visitar esta ruta?

De noviembre a marzo, aunque está abierto todo el año.