Cuando uno busca alejarse del bullicio urbano, reconectar con la tranquilidad y llenar los pulmones de frescura, pocos rincones en México logran ofrecer una vivencia tan enriquecedora como el Parque Nacional Volcán Nevado de Colima. Situado en la frontera entre Colima y Jalisco, este santuario ecológico sorprende al contar con un volcán cubierto de nieve en una zona tropical, rodeado de antiguos árboles, animales silvestres y rutas que parecen salidas de un cuento fantástico.
Desde 1936, este sitio fue reconocido como zona ecológica resguardada, y es hogar del Complejo Volcánico de Colima, que integra tanto al majestuoso Nevado como al Volcán de Fuego, este último en actividad y bajo observación continua de expertos. A pesar de estar próximo a zonas como Ciudad Guzmán, este entorno mantiene un ambiente sereno, ideal para una visita corta durante el fin de semana.
Te podría interesar
La belleza del entorno es única: entre ejemplares de pino, encino y oyamel, se pueden hallar puntos elevados con vistas impresionantes, además de respirar aire puro a más de 3,000 metros sobre el nivel del mar. En ciertas ocasiones, es posible divisar especies como venado cola blanca, halcón, puma o incluso el chipe rojo, un ave diminuta originaria de esta región que representa un emblema local.
No importa si tu intención es realizar caminatas, explorar caminos montañosos o solamente capturar una postal inolvidable, este espacio es perfecto para quienes disfrutan del entorno natural. Lo más destacable es que no se necesita experiencia previa: hay rutas marcadas, sectores para instalar carpas y zonas con fogones para disfrutar una velada cálida mirando el cielo estrellado.
Rodeado de belleza volcánica
El Nevado de Colima, con una superficie protegida de 6,554 hectáreas, no solo deslumbra con sus paisajes imponentes, también desempeña una función esencial en la preservación ambiental de esta zona del país. Sus bosques funcionan como reservorio natural de agua, moderan las temperaturas y ofrecen un hábitat clave para más de 300 especies distintas de flora y fauna, muchas de ellas bajo amenaza.
La combinación entre la altitud de sus montañas y la cercanía al litoral del Pacífico genera un microclima excepcional. Esto lo convierte en uno de los destinos favoritos para los amantes de las caminatas en plena naturaleza y las aventuras en la montaña en esta parte del territorio nacional.
Un fin de semana con todo incluido
El área natural está equipada con lo necesario para una estadía tranquila y segura: espacios para dejar vehículos, áreas designadas para colocar tiendas de campaña, parrillas, sanitarios ecológicos, letrinas secas y un espacio educativo denominado Oyamel, dedicado a promover el cuidado del medioambiente. Todo se ha planificado para fomentar un turismo consciente y armonioso con el entorno.
Eso sí, es fundamental ir bien preparado, abrigo, agua potable, botiquín de primeros auxilios y checar el clima antes del recorrido. Los caminos son estables siempre que se mantenga el trayecto señalizado, y si no se conoce bien la región, lo ideal es contratar el acompañamiento de un guía certificado.
Recorrer el Nevado de Colima implica también asumir la responsabilidad de protegerlo. Por eso, existen normas estrictas: está prohibido llevarse piedras o plantas, no se debe alimentar a los animales silvestres y el uso de música alta no está permitido. Aquí, lo que se escucha es el susurro del viento y el crujir de las ramas, el verdadero sonido del bosque.
Preguntas frecuentes sobre el Nevado de Colima
- ¿Dónde está ubicado el parque?
Entre los estados de Jalisco y Colima, cerca de Ciudad Guzmán.
- ¿Cómo se llega?
Por la carretera Cd. Guzmán-El Grullo, tomando la brecha conocida como "El Milanés".
- ¿Qué actividades se pueden hacer?
Senderismo, montañismo, fotografía de naturaleza, acampada e investigación científica.
- ¿Se puede acampar?
Sí, en áreas designadas y con fogatas solo en los espacios autorizados.
- ¿Qué llevar para una visita segura?
Ropa abrigada, agua, alimentos, botiquín, linterna, silbato, GPS o mapa y teléfono cargado.