En el sur de Sinaloa, a la orilla del Pacífico, se encuentra un rincón que parece no haber cambiado con el tiempo. No se trata de grandes templos ni estructuras monumentales, sino de una playa donde las rocas conservan el arte y la espiritualidad de los pueblos que habitaron la región hace más de mil años. En medio del sonido incesante del mar y el resplandor del sol sobre las piedras volcánicas, las figuras grabadas narran historias que aún hoy intrigan a los especialistas.
Este lugar, conocido como Las Labradas, se encuentra en el municipio de San Ignacio, a unos 50 kilómetros de Mazatlán. Es célebre por sus petroglifos, figuras talladas en rocas que datan desde el periodo arcaico hasta el posclásico mesoamericano. Las piedras, suavizadas por el mar y el viento, se convierten en lienzos naturales donde se representan seres humanos, animales, símbolos solares y patrones geométricos.
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Las Labradas no solo es un destino turístico, sino un testimonio de la relación entre la cultura humana y la naturaleza. Ubicado en la zona de mareas, es el único sitio de arte rupestre en el mundo que tiene un contacto constante con el océano. Esta peculiaridad no solo lo hace único, sino que también representa un reto para su conservación.
Visitar este lugar es sumergirse en un paisaje sagrado, donde cada grabado parece comunicarse con las olas. Los arqueólogos sugieren que Las Labradas se utilizaba para rituales y observaciones astronómicas, y que estuvo vinculado a ciclos agrícolas y celebraciones solares. Hoy, recorrer sus piedras mientras se escuchan las olas es una experiencia que une el presente con un pasado lejano.
Arte ancestral frente al mar
Las Labradas alberga más de 600 petroglifos sobre piedras basálticas, los cuales ilustran escenas cotidianas, fauna, flora y símbolos abstractos. Algunas figuras están vinculadas con el sol, como representaciones de personas con cabellos puntiagudos que sugieren rayos solares. La técnica empleada era precisa, inicialmente, la roca era tallada mediante percusión directa y luego se pulía con materiales abrasivos naturales.
Investigaciones arqueológicas han descubierto vestigios de antiguos asentamientos cercanos, lo que refuerza la teoría de que Las Labradas fue un lugar clave para las culturas que habitaron la costa de Sinaloa, con roles tanto ceremoniales como artísticos, y posiblemente para observaciones astronómicas.
Cómo llegar y qué saber antes de ir
Este lugar alberga un museo inaugurado en 2013, en el que se muestran objetos encontrados en la región y se detallan las técnicas utilizadas para los grabados, así como la historia cultural de la zona. Además, actúa como centro de estudios arqueológicos, siendo el único de su tipo en el noroeste del país. La visita al museo enriquece la experiencia al aire libre, proporcionando contexto antes o después de recorrer la playa.
Para llegar, se debe tomar la carretera Mazatlán-Culiacán y, al llegar al kilómetro 51, desviarse hacia el pueblo de La Chicayota. Desde ahí, un camino de tierra de aproximadamente tres kilómetros lleva directamente al sitio. El paisaje, que combina manglares, arena y rocas, ofrece un ambiente ideal para la fotografía y la meditación.
El acceso está disponible todos los días, con un costo de entrada general y entrada gratuita los domingos para algunos visitantes. Se sugiere llevar zapatos cómodos, agua y protector solar, ya que el recorrido es al aire libre y la sombra es escasa.
Preguntas frecuentes sobre Las Labradas, Sinaloa
- ¿Dónde está ubicada?
En la playa Las Labradas, municipio de San Ignacio, Sinaloa, a 50 km de Mazatlán.
- ¿Cuántos grabados hay?
Más de 600 petrograbados sobre roca volcánica.
- ¿Qué antigüedad tienen?
Entre el 1000 a.C. y el 1200 d.C., según estudios arqueológicos.
- ¿Cuál es el horario de visita?
De lunes a domingo, de 9:00 a 18:00 horas.
- ¿Tiene museo?
Sí, un museo de sitio que exhibe piezas arqueológicas y material informativo