¿Alguna vez te has preguntado si una persona daltónica puede ser piloto de avión? Es una de esas dudas que siempre circulan entre quienes sueñan con volar, y lo cierto es que la respuesta no es tan simple como un sí o un no. El daltonismo es una condición genética que altera la forma en que percibimos los colores y, dependiendo de su grado, puede ser un obstáculo a la hora de obtener una licencia aérea.
El término viene del científico John Dalton, quien estudió la condición en el siglo XVIII. Existen diferentes niveles: algunos no distinguen entre tonos de rojo y verde, otros confunden azules con amarillos, y en casos extremos se ven los colores solo en escala de grises. Aunque esto en la vida diaria pueda pasar desapercibido, en profesiones como la aviación sí marca la diferencia.
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¿Por qué importa tanto en este campo? Pues porque el color es una herramienta clave para volar. Las luces de posición del avión, las señales de la torre de control o los códigos de las pistas usan combinaciones cromáticas que indican seguridad o peligro. Imagina la confusión si alguien no puede diferenciar correctamente entre una luz verde y una roja en pleno aterrizaje nocturno. Claro que las personas daltónicas tienen diferentes herramientas que personas sin daltonismo tal vez no poseen para enfrentar este tipo de dificultades.
La interesante realidad del daltonismo en la aviación
Ahora bien, tener daltonismo no significa que el sueño de volar termine ahí. Los exámenes médicos aeronáuticos, incluyen pruebas de visión cromática que buscan determinar si la percepción es segura para operar un avión. La más famosa es la prueba de Ishihara, esas láminas con puntitos de colores que esconden números. Si fallas en ellas, no todo está perdido: existen pruebas alternativas más prácticas.
De acuerdo con Leopard Aviation, una de esas alternativas es la Prueba de la Linterna Farnsworth, que muestra luces de distintos colores que el aspirante debe identificar. También está la Prueba Operacional de Visión del Color, que se hace en un entorno de aviación real, o incluso la Prueba de Vuelo Médico, donde el candidato demuestra en la práctica que puede volar sin riesgo. En otras palabras: no es un examen de todo o nada.
De hecho, hay pilotos daltónicos en activo. Algunos tienen restricciones, como no volar de noche, pero otros logran superar los test avanzados y consiguen un certificado sin limitaciones. Todo depende del caso particular, por lo que es un mito que las personas daltónicas no pueden ser pilotos de avión.
El mito más común es pensar que el daltonismo automáticamente cierra la puerta a la aviación. La realidad es que la seguridad es lo primero, y por eso las autoridades establecen pruebas muy específicas. Pero si las superas, nadie te impedirá levantar el vuelo.
El daltonismo, como cualquier condición física, trae sus retos particulares, pero no es una barrera definitiva. Con preparación, pruebas adecuadas y asesoría experta, muchos aspirantes logran convertirse en pilotos. Así que, si este es tu caso, no te desanimes: hay caminos abiertos para que tu sueño de volar no se quede en tierra.