Uno de los Pueblos Mágicos más bonitos del Estado de México es El Oro, de atmósfera bohemia y arquitectura de estilo europea que te transporta a otros tiempos, es como realizar un viaje por una villa europea sin tener que salir de México. El camino para llegar está repleto de lagunas, bosques y santuarios que son hogar de mariposas monarca durante los meses de diciembre a marzo.
El pueblo de esencia minera, recibe a los viajeros con sus cielos limpios de tonalidades azul intenso que seduce a los visitantes, sus calles empedradas y limpias invitan a emprender un recorrido a pie para adentrarse en su historia y conocer sus edificaciones blancas y casas de teja roja. Aquí, el tiempo transcurre lento y se puede disfrutar de la cotidianidad de sus habitantes mientras disfrutas de un café en alguna de sus plazuelas.
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Qué hacer en el Pueblo Mágico del Oro
A este pueblo hay que llegar temprano para desayunar en alguno de sus restaurantes que sirven platillos típicos como enchiladas mineras, carnitas y barbacoa así como mole rojo o verde con guajolote o carne de puerco. Hay que acompañarlos de un pulque o curado de fruta y de una bebida típica conocido como "chiva", preparada con hierbas y anís.
En el pueblo se deben visitar sus minas, La Providencia, La Esperanza y El Consuelo que se dedicaron a la explotación de oro y plata, principalmente. Su bonanza fue tal que el pueblo era uno de los sitios favoritos de la aristocracia Porfirista proveniente de la CDMX, por ello se construyeron edificaciones como el Teatro Juárez, inaugurado el 5 de febrero de 1907 con una función de zarzuela, en su época de esplendor fue escenario de espectáculos de alto nivel para la élite.
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El jardín principal está rodeado de edificios más destacados, entre ellas se encuentra el Palacio Municipal, declarado Monumento Histórico cuyo interior es de estilo art nouveau y su fachada ecléctica, y en la entrada está el Mural “Génesis Minero” creado por el pintor Manuel D´Rugama. También hay que visitar el Tiro Norte, un antiguo mecanismo que se usaba para sacar el oro de las minas y que fue habilitado como museo.
Si de naturaleza se trata hay que hacer un recorrido en lancha por la presa Brockman y visitar la cascada El Mogote, desde su puente colgante puedes hacer unas espectaculares fotografías de la caída de agua y del paisaje que la rodea. Si te animas, puedes vivir la adrenalina, desplazándote en la tirolesa de ida y vuelta.