Valle de Bravo es el Pueblo Mágico más icónico del Estado de México y son muchas razones para visitarlo. El fin de semana es la mejor oportunidad para descubrir sus atractivos pues está ubicado muy cerca de la CDMX. La respuesta a la pregunta sobre ¿Qué hacer en este Pueblo Mágico? se resume en disfrutar de sus calles empedradas, su ambiente tranquilo, sus restaurantes junto al lago o caminar por el centro.
Valle de Bravo se puede disfrutar por aire, agua o tierra pues cuenta con un extenso menú de actividades de aventura tanto en el aire como en la laguna, recorridos culturales y gastronómicos, entre otros. Este pueblo de aire apacible y bohemio es ideal para viajar con los amigos y disfrutar de sus deportes extremos o para ir en pareja y explorar sus bosques y cabañas llenas de encanto, perfectas para una velada romántica.
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Qué hacer en Valle de Bravo
Valle, como le llaman de cariño los lugareños, cuenta con calles empedradas que conducen a hermosas plazas, a restaurantes, tiendas de artesanías y lugares bohemios. El punto de partida para conocerlo es la Plaza Independencia donde es tradición probar las nieves de zarzamora o los esquites con camarón y chile, entre otros antojitos. A un lado se encuentra la Parroquia de San Francisco de Asís, construida en cantera.
Al otro lado de la plaza está el mercado de artesanías donde se puede encontrar una gran variedad de productos elaborados por artesanos de los alrededores, desde textiles y deshilados hasta objetos de cerámica, palma o madera. También encontrarás joyería de plata o elaborada con piedras semipreciosas. En los alrededores hay galerías de arte, cafés y restaurantes, desde italianos con pizza de horno, hasta mediterráneos y mexicanos.
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Al otro extremo está Plaza del Ahuehuete, el sitio donde se ofició la primera misa en 1530. También hay que ir al Museo Arqueológico, que exhibe unas 3 mil piezas provenientes de los sitios arqueológicos que hay en el Estado de México. Muy cerca está el embarcadero desde donde parten las lanchas que ofrecen recorridos por el lago, también se pueden rentar embarcaciones para ir a pescar.
Esta laguno, con forma de media luna en realidad es la Presa Miguel Alemán puedes recorrerla en kayak, con esquíes acuáticos, en velero y hasta en catamarán, con música y bebidas incluidas. Ver el atardecer desde aquí es un imperdible. También hay que volar en parapente sobre la presa y el bosque, así como un refrigerio en un playón del lago artificial, tras el aterrizaje.