Falta poco más de un mes para celebrar en México el Día de Muertos, una tradición llena de historia que en cada región -o cultura- tiene su sello propio pero sin dejar de lado la esencia de esta festividad, porque así es como se vive en el país; una celebración en honor a los seres que ya murieron y que los días 1 y 2 de noviembre se les "consiente" con sus platillos y bebidas predilectas.
Los altares y ofrendas que se colocan en los hogares de los mexicanos, en las plazas públicas, calles y jardines son para que "las ánimas" de los difuntos se deleiten con lo que en vida fue su alimento favorito, incluyendo por supuesto el pan de muerto y los dulces tradicionales para tales fechas como el de calabaza, tejocote o camote.
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Xilitla, San Luis Potosí
Empezaremos por un Pueblo Mágico de San Luis Potosí, Xilitla, que es reconocido por sus jardines surrealistas; visitar Xilitla a fines de octubre y principios de noviembre es una experiencia sin igual. Parte de las tradiciones de la Huasteca, en este caso Potosina, es el Xantolo, que con desfiles y comparsas alegran las calles, sin embargo, las ofrendas y altares también tienen su espacio especial ya que los elementos que los componen no son los mismos que en la CDMX, también notarás una diferencia en la forma en que acomodan las ofrendas.
Pátzcuaro, Michoacán
Es quizá uno de los destinos más conocidos a nivel mundial en las fechas de Día de Muertos, ya que el Pueblo Mágico de Pátzcuaro se llena de ofrendas en las que la flor de cempasúchil predomina y pinta todo de color naranja; el aroma de esta flor no solo está en los panteones sino en las calles durante las procesiones a los panteones. Si vas a Pátzcuaro entre el 28 de octubre y el 2 de noviembre no te pierdas la danza de los pescadores.
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Malinalco, Estado de México
En el Estado de México, cerca de la Ciudad de México está un hermoso Pueblo Mágico en el que podrás conocer una zona arqueológica, museos, galerías artesanales, parroquias y hacer actividades al aire libre;a poco más de dos horas de la capital del país está Malinalco, que para celebrar el Día de Muertos y recordar a sus seres queridos, sus habitantes colocan ofrendas monumentales, con la peculiaridad que para quienes fallecieron en el transcurso del año, colocan objetos de acuerdo al oficio o profesión del difunto.