Si no dispones del periodo completo de vacaciones de la actual Semana Santa, hay opciones para una escapada de fin de semana a algún bonito Pueblo Mágico cercano a la Ciudad de México o el Estado de México, para que cambies de aires, pruebes otro tipo de gastronomía y admires paisajes naturales distintos a los de tu entorno cotidiano.
Actualmente México tiene 177 Pueblos Mágicos que se distribuyen en todo el territorio nacional, desde aquellos costeros, los coloniales o de pasado minero, pero es garantía que tu estancia será muy agradable pues reciben tal nombramiento porque conservan tradiciones y son parte importante de la historia nacional.
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Peña de Bernal
A 237 kilómetros de la Ciudad de México está este magnífico Pueblo Mágico de Querétaro de Bernal, con la vista de la peña, el tercer monolito más grande del mundo, el cual te recibe desde que vas por la carretera; Bernal recibió este nombramiento de la Secretaría de Turismo federal en el 2005. Además de caminar por la calles empedradas y admirar la arquitectura o adquirir artesanías o cuarzos, te recomendamos visitar sus viñedos y probar exquisitos vinos. En un viaje en auto desde la capital del país, gastas 321 pesos en casetas hacia Bernal, pasando por cuatro plazas de cobro (por trayecto).
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Tepoztlán
En un viaje exprés a Tepoztlán, Pueblo Mágico de Morelos, gastas 178 pesos de casetas (356 pesos en total), pagando las casetas de Tlalpan y Tepoztlán. Son 91 de distancia desde la Ciudad de México y te haces aproximadamente hora y media en auto. Desde el 2010 recibió el nombramiento de Pueblo Mágico y aquí puedes subir al Tepozteco, tomar un baño de temazcal, visitar el Templo y Exconvento de la Natividad o el Museo Carlos Pellicer, además de degustar sus tradicionales nieves en el centro del pueblito.
Real del Monte
A tan solo 15 minutos de Pachuca, la capital del estado de Hidalgo, encontrarás este pintoresco Pueblo Mágico de pasado minero, que por cierto es el más alto del país. Está a una hora y media de la CDMX y entre los lugares imperdibles para conocer es el Cementerio inglés, el Bosque del Huiloche, las capillas de la Santa Veracruz y del Señor de Zelontla. Parte de su gastronomía son los típicos pastes tanto dulces como salados y que además tienen su propio museo.