En Campeche, a las orillas de un río que es una continuación del Río Usumacinta, se encuentra un Pueblo Mágico que parece un espejismo por su belleza y singularidad: Palizada. Tanto el río como el pueblo llevan el nombre del palo de campeche, también conocido como palo de tinte, cuya madera es considerada preciosa.
Palizada ofrece una mezcla única de elementos que le confieren un carácter distintivo. La vida del pueblo se desarrolla a lo largo del río, lo que ha generado adaptaciones únicas como escuelas, centros deportivos y médicos accesibles solo por lancha. Los techos de teja son un rasgo arquitectónico distintivo. El pueblo también alberga una réplica de la Estatua de la Libertad y un Monumento a la Madre, que incluye una escultura con seis dedos. Cada rincón de Palizada es verdaderamente único.
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La Estatua de la Libertad en Palizada
En Palizada, a orillas del río, se encuentra una réplica de la famosa Estatua de la Libertad de Nueva York. Esta réplica, de color blanco y con 4 metros de altura, fue inaugurada el 15 de agosto de 1949. La idea surgió bajo la iniciativa del entonces alcalde, Don Pablo Gonzales, quien propuso la creación de un parque con una escultura central para conmemorar el nombre que la ciudad había recibido desde 1867: "Palizada Patriótica y Liberal".
Finalmente, se decidió que la mejor representación de este título sería una réplica de la Estatua de la Libertad. La escultura fue encargada a los hermanos Calderón, escultores de Mérida, Yucatán, conocidos por otras obras emblemáticas en el pueblo, como el Monumento a la Madre, erigido desde 1931. Este monumento es notable por representar a una madre con seis dedos, una característica que, según la tradición local, se debe a que la madre de los escultores tenía esta particularidad física.
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Techos de teja francesa en Palizada
Pero eso no es todo lo que hace de Palizada un destino entrañable y único: este Pueblo Mágico está repleto de encantadoras casas de colores, cuyos techos cuentan una historia fascinante. Están cubiertos con tejas de Marsella, un material importado en barcos europeos que llegaban al pueblo para extraer madera de palo de tinte. Estos barcos llevaban consigo tejas y ladrillos rojos desde Europa para generar peso en su viaje hacia Palizada, utilizando materiales económicos, según relata José Espinosa Mateo, cronista del municipio.
Chocolate caliente en Palizada
Para llegar a Palizada, puedes optar por un viaje en lancha desde Ciudad del Carmen, un trayecto de dos horas que te permitirá disfrutar de una abundante flora y fauna, casas sobre el agua, pescadores y paisajes impresionantes. También puedes llegar en coche desde Frontera hacia Jonuta, donde podrás admirar los árboles y la belleza natural del entorno.
Una vez allí, además de visitar la Iglesia de San Joaquín, el Monumento a la Madre, la réplica de la Estatua de la Libertad y el Parque Benito Juárez, todos a poca distancia a pie, no puedes dejar de pasar por el Mercado Municipal para disfrutar de una taza de chocolate caliente y espumoso, especialmente reconfortante en días lluviosos, como el que prepara Don Ali en su puesto, ya famoso, justo en la entrada del mercado.