Muchas personas deciden pasar Navidad lejos de casa y es por ello que buscan destinos que queden cercas pero que al mismo tiempo les permita desconectarse de la rutina.
Una gran opción en México es optar por los famosos Pueblos Mágicos, los cuales no solo brindan excelente gastronomía y actividades recreativas, sino que además pueden brindarnos otras experiencias como ríos, playa o hasta aguas termales.
Te podría interesar
¿Qué pueblo mágico tiene aguas termales y un clima ideal para Navidad?
Se trata de Chignahuapan en Puebla, un sitio que cuenta con un microcosmos de riquezas naturales, y una espléndida arquitectura religiosa.
Chignahuapan ha sido reconocida por las propiedades saludables de sus aguas termales, respaldadas por análisis del Instituto de Geología de la UNAM, cuya investigación arrojó la presencia de minerales como magnesio, sodio, potasio, litio, silicio, bicarbonato, cloro, sulfato, calcio, hierro y manganeso en las aguas del lugar, elementos que contribuyen a la salud.
Para poder llegar a las aguas termales de este pueblo mágico desde el centro, deberás hacerlo por la Carretera Baños Libertad. La distancia es de 7 kilómetros y el tiempo de viaje estimado es de aproximadamente 25 minutos.
Además de toda la oferta turística y de los paisajes que puedes disfrutar en este lugar, el Pueblo Mágico de Chignahuapan es conocido porque allí se producen millones de esferas navideñas cada año, más de 200 fábricas y talleres alimentan a este pueblo, que se vi el colorido de las esferas y otros adornos festivos a sus fachadas.
En este Pueblo Mágico también podrás realizar actividades como la pesca en la hermosa Laguna Almoloya, a escasas cuadras del centro. También podrás relajarte en la caída de agua del Salto de Quetzalapán. La mejor vista de este Pueblo Mágico se obtiene desde el Cerro Colorado, donde podrás admirar el valle y las casitas de colores y techos de teja.
¿Qué platillos típicos se pueden degustar en Chignahuapan?
Te recomendamos comer barbacoa con consomé de borrego, así como tlacoyos de alverjón; también hay mole poblano, y chicharrón prensado. De postre no querrás perderte los dulces de calabaza, tejocote, conservas y jaleas de frutas, hay jamoncillos de pepita y de piñón, dulces de leche, cuernitos de higos, pan de queso; y vinos y licores de frutas como digestivos.