Este megapuente por el Día de la Revolución Mexicana viene perfecto para escaparte y visitar un lugar con mucha historia y naturaleza: Tlaltizapán de Zapata. Además de sentirte dentro de un capítulo histórico, vas a poder refrescarte en manantiales y balnearios deliciosos.
En este Pueblo Mágico no hace falta abrir un libro para entender el pasado: basta caminar por sus calles y sitios emblemáticos para sentirte parte del movimiento zapatista. Este lugar fue base del ejército de Emiliano Zapata, y su legado sigue presente en cada rincón. Puedes comenzar en el mausoleo que el propio Zapata mandó construir para él, aunque sus restos descansan en Cuautla. Igual, el simbolismo es fuerte y el lugar te pone la piel chinita.
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A unos pasos se encuentra el exconvento de San Miguel Arcángel, una joya del siglo XVI con muros gruesos, pasillos frescos y un Cristo Negro venerado desde hace generaciones. Se dice que Zapata tenía gran devoción por esta imagen, así que estás visitando un espacio que también fue importante para él en vida.
Para completar el recorrido histórico, lánzate al Museo de la Revolución del Sur. Se ubica en lo que fue un cuartel zapatista y la entrada es gratuita. Allí te vas a topar con fotos, objetos, documentos y relatos que te cuentan otra cara de la lucha revolucionaria. Es pequeño, pero tiene un pasado intenso y te da contexto antes de seguir explorando.
Tlaltizapán: balnearios y manantiales en un destino histórico
Ahora, lo que más atrae a quienes visitan la zona: el agua clara y las pozas naturales. Hay varios balnearios donde puedes relajarte o pasar el día con tu familia o tus amigos. Entre los favoritos están Las Estacas, Río Dulce, Los Sauces y Santa Isabel. En ellos hay manantiales turquesa, áreas verdes para descansar, zonas para acampar, cabañas, toboganes y más.
El Balneario Santa Isabel está a menos de dos horas de CDMX, así que puedes armar plan de ida y vuelta o quedarte a dormir entre árboles y canto de pájaros. Hay cabañas desde aproximadamente $1,800 la noche o zona para acampar desde $350. Y si se te antoja más adrenalina, rentan lanchas y hasta puedes jugar gotcha.
Para llegar en coche, toma la autopista México-Cuernavaca y sigue rumbo a Cuautla; después, dirígete a Yautepec y avanza hasta Tlaltizapán. También puedes llegar en transporte público tomando autobús a Jojutla y una combi hacia Las Estacas o Santa Isabel. Fácil, rápido y sin complicaciones.
Después de refrescarte, regresa al pueblo para caminar un poco y probar unos tlacoyos, una cecina con queso y una agua fresca. Cierra el día contemplando el atardecer entre árboles y respirando aire limpio. Al final, Tlaltizapán no solo fue un punto crucial en la Revolución Mexicana —que no es poco—; hoy representa un refugio entre manantiales, pasado y tranquilidad. Un plan perfecto para este puente largo.