Hidalgo es un destino infalible para regalarnos unas vacaciones dignas de enmarcar en la sala y en la memoria, y no solo por sus sitios arqueológicos, ciudades culturales y preciosos paisajes, sino por su enorme cantidad de Pueblos Mágicos que tienen la unión casi alquímica de historia, aguas cristalinas y aventura al aire libre.
Hay opciones para quienes aman caminar, para quienes quieren descansar frente a un lago y para quienes buscan emociones fuertes sin alejarse demasiado de la CDMX. Viajar por este estado se siente como descubrir pequeños tesoros que estaban esperando por ti.
Te podría interesar
Para que vayas armando tu ESCAPADA, el estado tiene nueve Pueblos Mágicos oficialmente designados. Aunque todos tienen lo suyo, hoy nos enfocamos en tres que conectan perfecto con lo que buscas: aire fresco, historias que se sienten vivas y paisajes que te recargan. Vienen bien para un fin de semana o para aprovechar las vacaciones que se acercan.
3 Pueblos Mágicos imperdibles en Hidalgo
Entre montañas, presas y escenarios mineros, estos tres destinos reúnen esa trilogía irresistible que tanto enamora a los viajeros: naturaleza, aventura y una sensación de paz que se queda contigo. Puede ser que prefieras caminar entre árboles con neblina, remar en lagos tranquilos o subir a miradores que imponen, vas a encontrar algo que te quite el estrés en segundos.
Acaxochitlán
Acaxochitlán tiene algo especial para quienes aman los paseos con mucho verde. Sus bosques son de película y, a pocos minutos del centro, la Presa El Tejocotal es tu nuevo lugar favorito (queremos creer) para relajarte frente al agua o subirte a una lancha con tu grupo. El trayecto es corto, el ambiente es amistoso y la vista de aguas cristalinas es inigualable.
Entre restaurantes, fogatas, caminatas y paseos acuáticos, el plan fluye. Puedes explorar senderos, probar truchas recién preparadas, rentar una cabaña entre pinos o recorrer el pequeño museo arqueológico. También está el centro ecoturístico Dos Mundos Huetziatl, con cascadas y pozas que parecen escondites secretos. Terminar el día con un pan de leña y un licor artesanal es prácticamente un ritual.
Huasca de Ocampo
En Huasca, el paisaje te recibe y te enamora: columnas de basalto altísimas, cascadas cayendo entre muros geométricos y un puente colgante que regala una vista impresionante. Los Prismas Basálticos son el tipo de lugar que te hace sacar el celular cada dos minutos porque todo lo que ves parece irreal.
Cerca están las ex haciendas, un museo dedicado a los duendes y espacios naturales donde la tranquilidad se une con la aventura. Si buscas adrenalina, Peña del Aire te va a dejar sin palabras; pero si lo tuyo es algo más relajado, el Bosque de las Truchas es perfecto para remar o caminar entre árboles enormes.
Mineral del Chico
Mineral del Chico es para quienes quieren un fin de semana distinto, con senderos iluminados, puentes colgantes y una atmósfera de misterio y diversión. Los recorridos nocturnos en los Senderos del Águila son un hit: luces entre árboles, pasarelas que se mueven ligeramente y un set perfecto para fotos épicas.
De día, el plan se amplía: vía ferrata, rappel, paseos por El Cedral y caminatas hacia la Peña del Cuervo. Entre montañas, presas y neblina ocasional, este Pueblo Mágico es ese escape perfecto para quienes buscan adrenalina sin perder la calma al final del día. Las cabañas, los senderos y el ambiente fresco logran que cada minuto se sienta especial.