Es fascinante cómo la naturaleza repite ciertas formas tanto a gran escala como en lo más pequeño: las galaxias se parecen a las neuronas, los rayos tienen patrones similares a las venas de las hojas, y las montañas imitan la forma de los helechos. Entre todos esos ejemplos curiosos, hay un lugar en Chiapas que sorprende por una formación rocosa que parece un cerebro gigante. Está en un Pueblo Mágico a solo 50 minutos de Tuxtla Gutiérrez, y aunque pocos lo conocen, una vez que lo visitas, es imposible olvidarlo.
Pero antes de ir directo a la piedra cerebral, vamos a contarte sobre el pueblo que la rodea. Ocozocoautla tiene más de una sorpresa para quien decide visitarlo. Está rodeado por paisajes de otro nivel como el Cañón del río La Venta, la cascada El Aguacero, la Sima de las Cotorras y la Reserva de la Biosfera El Ocote. Si te gusta el ecoturismo, trepar, nadar y admirar el paisaje verde, este lugar no falla.
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También puedes quedarte en el pueblo, perderte entre sus calles silenciosas, subir al Mirador de la Cruz, o visitar sus iglesias históricas como San Juan Bautista. Hay comida típica deliciosa como el pan coiteco, así como vestigios arqueológicos en el Cerro Ombligo, y hasta vuelos deportivos.
Ahora sí, vamos directo al Cerebro. Para llegar necesitas ir a la Finca San Luis Monserrat, en la carretera de Coita a Apic Pac. Este lugar resguarda la famosa formación rocosa, con más de 60 millones de años de antigüedad. El nombre se lo ganó solita, con esos pliegues tan marcados. Y sí, hay un tour para conocerla a fondo.
¿Cómo es la visita a El Cerebro en Ocozocoautla de Espinosa?
El recorrido se hace en grupos de 5 a 10 personas. Si tu grupo es pequeño y no quieres compartir con extraños, hay que cubrir el costo total del grupo. De entrada, te reciben con desayuno ranchero: huevos, frijoles, chilaquiles, café, y el pan de coita. Así arrancas con el estómago lleno y el corazón contento.
Después del desayuno, te suben a una carreta metálica unida a un tractor. Sí, como lo lees: vas sentado sobre pacas de heno, como en película campirana. El trayecto es de unos 3.5 km y el recorrido completo puede durar entre 2 y 4 horas, dependiendo de cuánto te detengas a curiosear y tomar fotos.
En el camino te toparás con formaciones que parecen elefantes y mamuts. Se hace una parada ahí para que pongas a trabajar tu imaginación y encuentres las siluetas. Si eres de los que no se pueden estar quietos, también puedes trepar algunas de estas rocas. No es nada extremo, pero sí divertido.
Hay una parte muy especial llamada “La cañada de los nidos”, donde las paredes agrietadas sirven de hogar a un montón de aves. El canto se mezcla con el viento y crea un ambiente muy especial. Otra zona imperdible es “La cañada de los bejucos”, donde cuelgan plantas que podrías usar para jugar a ser Tarzán (con cuidado, obvio).
¿Cómo llegar a El Cerebro en Ocozocoautla de Espinosa?
Durante todo el recorrido, estarás rodeado de vida. Hay árboles de heno, cactus, orquídeas, hongos de temporada, e incluso fósiles. Desde los acantilados se puede observar fauna local: armadillos, ardillas, coyotes, entre otros. Para llegar desde Tuxtla, solo sigue la carretera México 190, pasa por Cruz Blanca, gira hacia Cintalapa, luego a Malpaso, y por fin llegarás al camino hacia la finca. Lo demás es dejar que la naturaleza haga lo suyo y te deje con la boca abierta y maravillado.