Si tú también te has reído con esos videos de lo surreal que puede ser México, este lugar te va a encantar. Imagina un bosque lleno de niebla, con puentes colgantes, cascadas, caminos misteriosos y, sí… ¡duendes! Este bosque encantado está en Acaxochitlán, un Pueblo Mágico de Hidalgo que parece sacado de una historia fantástica.
En este destino quien te recibe en la entrada te explica que el recorrido no solo es ecológico, sino también mágico. Te dan un mapa, te indican los senderos y, con toda la seriedad del mundo, te dicen que si ves un duende, te vas a volver millonario. ¿Quién no quiere intentarlo?
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El lugar se llama Cascadas Dos Mundos Huetziatl y queda a solo 30 minutos en coche desde el centro del pueblo. Aunque no todos ven duendes, varios visitantes aseguran haber notado sombras pequeñas o figuras que no supieron explicar. Duendes o no, el paseo entre los árboles, las cascadas y las pozas ya es todo un viaje en sí mismo.
La entrada cuesta $85 para adultos, $50 para niños y $60 para adultos mayores. Si quieres aventarte por la tirolesa, prepara $100 más. Hay estacionamiento por $25, y aunque todo está diseñado para explorar libremente, lo mejor es llevar buen calzado y energía, porque hay subidas, bajadas y un montón de lugares donde vas a querer parar a tomar fotos.
¿Qué hacer en Acaxochitlán?
Ya que estás en Acaxochitlán, no te vayas sin visitar la Presa El Tejocotal, donde puedes rentar una lancha, kayak o hasta una cuatrimoto. Para dormir, hay cabañas rústicas increíbles cerca del centro, con precios accesibles y vistas espectaculares. Nada como despertar rodeado de oyameles y neblina.
Si decides lanzarte en auto desde la CDMX, toma la Autopista México-Pachuca y luego enlaza con la México-Tuxpan en dirección a Tulancingo. Desde ahí sigue la salida a Acaxochitlán y después toma la carretera México 130. El viaje dura entre una hora cuarenta y dos horas, dependiendo del tráfico y si te detienes por el camino.
Para quienes prefieren ir en autobús, hay salidas directas con Autobuses Conexión desde la terminal de Indios Verdes. En unas dos horas llegas al paradero de Acaxochitlán, justo sobre la carretera Tulancingo–Huauchinango. Hay dos horarios al día, así que conviene planear bien el viaje de ida y regreso.
Una vez en el centro del pueblo, las cascadas están a unos 14 kilómetros. Puedes llegar en auto o taxi, siguiendo la carretera México 130 con desvío hacia San Fernando. Es un trayecto corto, pero no aburrido: cada curva es una postal más del bosque y cada paso te acerca a una experiencia que te va a dejar con ganas de volver.