La Iglesia Católica realiza diversas celebraciones y festividades a lo largo del año, cada una posee un significado distinto, una de ellas el Miércoles de Ceniza, cuando los fieles acuden a la iglesia para que el sacerdote les coloque una cruz de ceniza en la frente, además evitan comer carne durante los viernes que dura la Cuaresma (40 días) y que termina el Domingo de Pascua o Domingo de Resurección.
El Miércoles de Ceniza es una celebración de la Iglesia Católica que se remonta al siglo XI, cuando la Iglesia en Roma impuso la ceniza para marcar el inicio de la Cuaresma, este periodo cobró un sentido de penitencia y arrepentimiento en esa época. En algunos lugares de México, principalmente en pueblos de provincia los fieles también acostumbran a realizar ayuno como símbolo de arrepentimiento.
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Cuándo será el Miércoles de Ceniza y qué significa la cruz en la frente
Este año, el Miércoles de Ceniza es el 2 de marzo y la fecha marca el inicio de la Cuaresma, también es la fecha que indica que los fieles deben prepararse para la Pascua que es la fecha en la que se celebra la Resurección de Cristo. La tradición de colocar ceniza proviene de la Iglesia primitiva, cuando las personas acostumbraban a colocarse ceniza en la cabeza, como un acto de penitencia para recibir el Sacramento de la Reconciliación durante el Jueves Santo.
De acuerdo con la Iglesia Católica, la cruz de ceniza en la frente tiene diversos significados: es un símbolo que les recuerda a los creyentes lo frágiles que son ante Dios y que un día se convertirán en polvo, también les da la posibilidad de arrepentirse de sus pecados para acompañar a Jesús en su pasión y muerte y así llegar puros a la Pascua. La cruz de ceniza en la frente también es sinónimo de penitencia para alcanzar la gracia de Dios.
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En México, muchos pueblos, como Taxco son famosos por su celebración de Semana Santa, el viernes santo los "penitentes" salen a las calles y arrepentidos de sus pecados se golpean con látigos y trozos de cactus, se colocan coronas de espinas en la frente y caminan descalzos o de rodillas por el pueblo hasta llegar a la Iglesia de Santa Prisca o al Cristo del Cerro. Otros llevan a cabo estos rituales como agradecimiento por los favores obtenidos o para solicitar alguna gracia.