Uno de los principales atractivos turísticos de la Ciudad de México es el Monumento a la Revolución, el cual tuvo como objetivo ser sede del Congreso y que el inmueble fuera tan lujoso, cuya belleza compitiera al nivel del Capitolio de Estados Unidos, pero una serie de eventos lo llevaron a ser un mirador con la icónica cúpula, con sus perfectos cuatro pilares, pero también recinto de los restos de personajes muy importantes de la historia de México.
La construcción del Palacio Legislativo de Porfirio Díaz se detuvo ante el inicio de la Revolución Mexicana, aunque con el ascenso de Francisco I. Madero como presidente siguió con la construcción, fue con la muerte del mismo que al final la estructura quedó abandonada. Fue hasta 1922 cuando el arquitecto Émile Bernard regresó a México para intentar dar vida a su proyecto proponiendo que el lugar se convirtiera en un monumento a los grandes héroes que habían participado en la Revolución Mexicana.
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El proyecto fue aceptado por Álvaro Obregón, pero fue asesinado en 1928 y un año después también murió Bernard, por lo que de nuevo el proyecto quedó abandonado. El monumento quedó inconcluso, pero en 1933 el arquitecto Carlos Obregón Satacillia vio que la estructura central de esta construcción estaba en perfectas condiciones por lo que le sugirió a Alberto J. Pati aprovechar esta parte para conmemorar la Revolución Mexicana.
De esta manera se comenzó a adaptar el lugar entre 1933 y 1938 en los que se recubrió la cúpula con cobre y se removió el águila que remataba la linternilla, misma que se trasladó al Monumento La Raza. Hasta el 4 de febrero de 1936 se emitió un decreto que otorgaba al monumento la función de recinto funerario. Al mismo tiempo, se adaptaron las criptas en las columnas y se trasladaron en los siguientes años a distintos héroes de la Revolución.
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¿Qué personajes están enterrados en el Monumento a la Revolución?
Los primeros restos que se trasladaron al Monumento a la Revolución fueron los de Venustiano Carranza en 1942, en una ceremonia con motivo al aniversario de la Revolución, así los restos del político salieron desde el Panteón Civil de Dolores al recinto turístico. En 1960 llegaron los restos de Francisco I. Madero desde el Panteón Francés para ser enterrados en una de las columnas del actual mirador de la CDMX.
Nueve años después, en 1969, fueron traídos los restos fúnebres de Plutarco Elías Calles desde el Panteón Civil a una de las columnas del Monumento. Los restos de Lázaro Cárdenas también fueron enterrados aquí desde un principio, porque así lo decidió el exmandatario. Los últimos restos que se depositaron en el recinto fueron los de Francisco Villa que fueron traídos a México desde el Panteón Civil de Hidalgo del Parral en Chihuahua en 1976 y depositados durante la ceremonia conmemorativa del movimiento revolucionario.
No solo el Monumento a la Revolución es uno de los lugares más visitados de la CDMX, sino también es un mausoleo, por lo que seguramente lo respetarás mucho más durante tu visita.