México es un país lleno de increíbles sitios que podemos conocer en nuestras aventuras por cada uno de sus estados, lugares espectaculares que nos sorprenden con sus encantos tan particulares, sus tradiciones, colorido, celebraciones, festividades, costumbres, platillos regionales y otros elementos que le dan a nuestras salidas, el toque adecuado para disfrutar de los mejores instantes en cada espacio, rodeados de bellezas naturales o sitios monumentales fabricados por la mano del hombre, que nos ayudan a entender un poco el pasado de nuestro país.
La CDMX es uno de esos espacios majestuosos que atrae a millones de visitantes de distintas partes de México y diferentes lugares del mundo, pues cuenta con actividades para todos los gustos y presupuestos, una ciudad con un pasado prehispánico encantador, que podemos conocer en un recorrido a través de sus calles principales en el Centro Histórico o en los pueblos y barrios mágicos aledaños, pues aunque los conquistadores trataron de enterrar ese pasado tan fascinante, ha salido a relucir a través de excavaciones o hallazgos arqueológicos importantes.
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Entre las leyendas que marcaron el rumbo de la historia de México y de su capital, se encuentra la famosa historia de ‘El árbol de la Noche Triste’, un antiguo ahuehuete donde se sabe que el conquistador Hernán Cortés y su ejército tuvieron una derrota significativa y cerca de este árbol, el territorio nacional vio llorar al español, quien fue vencido por un grupo de indígenas, tomando el ya mencionado nombre, como el lugar que identificó hasta hace poco este espacio, localizado en la alcaldía Miguel Hidalgo, que ha sido nombrado recientemente como ‘El árbol de la noche victoriosa’.
La leyenda en tono al ahuehuete que vio llorar a un conquistador
Cuenta la leyenda que, tras perder una batalla en aquella noche del 30 de julio de 1520, el famoso conquistador Hernán Cortés se encontraba desbastado ante aquella derrota que sufrió él y su grupo de españoles a manos de un grupo indígena, en un lugar donde hasta la actualidad, se encuentra un árbol de ahuehuete en el que supuestamente, el conquistador se sentó a llorar, a causa de la pérdida que había causado este enfrentamiento armado, una leyenda que no ha sido confirmada de manera oficial por ninguna fuente confiable, pero que ha dado vida a este espacio donde aún yace un árbol ubicado en la calzada México-Tacuba.
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460 años después del supuesto suceso, en el año de 1980, este árbol atravesó por un fuerte incendio que casi lo destruye por completo, motivo por el cual en la actualidad, quienes visitan este espacio histórico, pueden notar que luce algo triste, sin follaje, aunque conserva sus casi seis metros de diámetro de tronco, en un espacio resguardado por una valla metálica que lo rodea, para proteger de los prejuicios a este ejemplar que ha trascendido con el paso del tiempo, gracias a este mito o leyenda en torno al conquistador español y la noche en que fue derrotado por nuestros antepasados.
Un símbolo de victoria
Aunque en la actualidad se le considera más como un mito que como un hecho histórico real, porque en ninguna fuente histórica se habla de un árbol o lugar específico donde Hernán Cortés haya llorado, ‘El árbol de la noche triste’ es una leyenda que forma parte del acervo cultural de nuestra capital. Sin embargo, de lo que si se habla en las fuentes oficiales, es de la tristeza que sintió Cortés al perder esta batalla, pues el historiador Bernal Díaz de León, habla de una tristeza que el conquistador lamentó, sin especificar claramente que se le viera llorar en algún momento o punto específico de este territorio.
Lo que sí se sabe es que, en su segunda carta de relación a Carlos V, Cortés se refiere a el suceso sin hacer referencia a un árbol, pues menciona que, al llegar a la ciudad de Tacuba, encontró a toda la gente arremolinada en una plaza, personas que no sabían a donde ir, encontrándose con la muerte de ciento cincuenta españoles, cinco yeguas y caballos, más de dos mil indios que servían a los españoles en esta gran masacre. Esta leyenda, como muchas otras, ha persistido en la memoria de los capitalinos y en la actualidad, este árbol ha sido rebautizado con el nombre de ‘Noche Victoriosa’, un cambio que muestra la versión histórica del lado de los indígenas mexicanos.