Cuando, el 10 de junio, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) eliminaron el requisito de una prueba negativa de COVID para entrar al país, la industria turística celebró la decisión que, según la U.S. Travel Association, detonará la llegada de hasta 5.4 millones de visitantes adicionales durante 2022. Se trata de la victoria más reciente para la organización dedicada a fomentar el turismo en y hacia su territorio.
En el marco del IPW –el evento anual para la promoción del sector turístico más importante de Estados Unidos– celebrado a principios de este mes en Orlando, Florida, Roger Dow, quien durante los últimos 17 años dirigió los esfuerzos de la U.S. Travel Association, recuerda para El Heraldo de México cuáles han sido sus grandes logros y evalúa los retos que el sector enfrenta. Hoy, cuando se prepara para dejar el puesto que ocupó durante casi dos décadas, le preguntamos cuál es el legado de su gestión. “Enseñarle al país a hablar con una misma voz”, respondió sin dudarlo.
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¿Cómo describe la evolución de la U.S. Travel Association durante estos 17 años?
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Cuando tomé este trabajo en 2005, éramos dos asociaciones diferentes con el mismo objetivo: la Travel Industry Association y la Travel Business Roundtable, así que, desde mi primer año, las fusionamos.
La diferencia principal es que, al principio, gastábamos 600 mil dólares en apoyos al gobierno. Hoy, ese presupuesto es de 12 millones de dólares, lo que nos da mucha mayor influencia en asuntos públicos. Antes, cada empresa hacía sus propios esfuerzos de difusión pero lo que hicimos fue unir a toda la industria en una misma voz.
¿Cuáles fueron los mayores logros durante su gestión?
Primero, simplificar el proceso de entrada al país después del 11 de septiembre. Impulsamos la creación de herramientas como el TSA PreCheck y, más adelante, del Global Entry, que facilitan la llegada de personas con autorizaciones preaprobadas. Después, la creación de Brand USA, en 2010, para fomentar la llegada de más viajeros internacionales. Y, en tercer lugar, apostar por el turismo chino que, en un principio, rondaba los 300 mil visitantes anuales pero que, en 2019, superó los 3.2 millones.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el sector turístico de Estados Unidos?
Después de la eliminación del requisito de prueba de COVID, lo más importante es disminuir el tiempo de espera para tramitar la visa que, hoy, puede tomar más de un año. Tenemos que echar mano de la tecnología para reducirlo a 14 o 15 días. También tenemos que demostrar que estamos haciendo una diferencia en términos de sostenibilidad.
Otros de los desafíos actuales incluyen cubrir las 1.5 millones de vacantes que existen en el sector; y la descentralización del turismo para llevar visitantes a otros destinos y reducir las grandes concentraciones de viajeros en unos pocos lugares.
¿Cuál considera que es la principal lección que otros países podrían aprender del sector turístico estadounidense?
En algunos destinos, cada quien, desde las aerolíneas hasta los hoteles, se encarga de su promoción de manera aislada. Nosotros logramos juntar a todos en una misma voz, para hablar de temas importantes sin perder de vista nuestros objetivos en conjunto.