Los viajes en tren están de regreso. Claro, en algunas partes del mundo, como Canadá, Europa, India y Japón, los desplazamientos turísticos trazados sobre vías de ferrocarril han sido, desde hace décadas, la columna vertebral de nuestras aventuras para explorar una región entre grandes ciudades, comunidades remotas y destinos naturales. Sin embargo, 2022 puede ser el año en que las travesías en tren consoliden su renacimiento.
Potenciados por las restricciones de movimiento que, desde el surgimiento de la pandemia, favorecieron tendencias de viaje como el slow travel, los itinerarios multidestino y las escapadas espontáneas a sitios cercanos, diferentes gobiernos –como el mexicano que ha hecho del Tren Maya uno de sus proyectos de infraestructura prioritarios; el de California, en Estados Unidos, que, actualmente, trabaja en una ruta de más de 800 kilómetros que conecte San Francisco y Los Ángeles en menos de tres horas, o la Unión Europea que se ha fijado el objetivo de duplicar el uso de trenes de alta velocidad para 2030 y triplicarlo para 2050– han encontrado en su infraestructura ferroviaria la base para desarrollar un turismo acorde a la exigencias del presente, como reducir el impacto ambiental del sector y promover el crecimiento de nuevos destinos fuera de las capitales.
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De bajo impacto
Cuando, el 24 de agosto, 14 trenes impulsados por hidrógeno comenzaron su andar a través de la Baja Sajonia, en Alemania, dieron el banderazo de salida a una nueva era para el transporte de pasajeros. Gracias a las grandes cantidades de energía que almacena, la eficiencia relativa a la hora de transportarse y la generación de agua como única emisión, el hidrógeno dirige el camino de la industria ferroviaria hacia un futuro turístico menos invasivo hacia el medio ambiente.
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Conexión en México
Nuestro país se suma a la lista de destinos que apuestan por la infraestructura ferroviaria como uno de los pilares para crecer su oferta turística en el corto plazo. Además del Tren Maya que, en 1,500 kilómetros, conectará Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas, la Secretarías de Turismo y Comunicaciones y Transportes han anunciado ocho proyectos adicionales, entre los que se encuentran el tren del Istmo de Tehuantepec que, con una extensión de 302 kilómetros, conectará los puertos de Salinas Cruz, en Oaxaca, con Coatzacoalcos, Veracruz; el de Naucalpan, Estados de México, y Buenavista, Ciudad de México, y uno entre Nuevo Laredo y Monterrey.
Apoyo contra la inflación
Este verano, algunos gobiernos europeos encontraron en sus sistemas de trenes un aliado para aliviar el impacto de la inflación. Mientras que España anunció que, a partir del 1 de septiembre y hasta fin de año, muchas de las rutas de cercanías operadas por Renfe correrán sin ningún costo para los pasajeros, Alemania reportó que 52 millones de boletos fueron vendidos durante los tres meses que presentó un programa piloto que ofrecía pases ilimitados de tren por sólo nueve euros. La Asociación de Compañías Transportadoras de Alemania informó que la medida resultó, además, en un ahorro de 1.8 millones de toneladas de CO2.
Bajo las estrellas
Preparémonos para viajar de noche. Conforme los gobiernos de diferentes países promuevan los trayectos en tren para contrarrestar el impacto ambiental de los viajes en avión, los itinerarios nocturnos serán cada vez más frecuentes. Una nueva ruta noctámbula entre Estocolmo y Hamburgo, además de una entre Ámsterdam y Barcelona, proyectada para 2023, son algunas de las alternativas que facilitan el acceso a grandes ciudades reduciendo nuestra huella de carbono.
- Hasta el mar: De Montreal a Halifax, en el extremo oriental de Canadá, los 1,346 kilómetros de The Ocean, operado por Via Rail, conectan metrópolis modernas, pequeños poblados y maravillas naturales.
- Costa dorada: La ruta Coast Starlight, de Amtrak, dibuja un camino entre los diferentes paisajes naturales de California, como playas, bosques, montañas y hasta desiertos.