VIAJES DE LEYENDA

La leyenda de la Bruja de Coyoacán, succionaba la sangre de personas para preparar moronga

Coyoacán es una zona de la CDMX que guarda cierto misticismo y misterio por todas las historias que resguarda desde hace años, como la leyenda de la Bruja de Coyoacán

Viajes de leyenda.Coyoacán es la cuna de numerosas historias tenebrosasCréditos: Pexels
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Estamos a la vuelta de la esquina para celebrar Día de Muertos, una de las festividades más coloridas y representativas de México, pues desde hace años se lleva a cabo estas tradiciones con la creencia de que nuestros seres queridos que ya murieron, regresan del más allá para visitarnos. Pero este ambiente también da pie a las leyendas e historias que pueden erizarte la piel, como la leyenda de la Bruja de Coyoacán, quien preparaba moronga para alimentar a su esposo.

Al sur de la CDMX podemos encontrar la alcaldía de Coyoacán, una de las zonas más populares de la capital porque fue de los primeros pueblos que surgieron en esta parte de México, lo cual ahora resguarda una gran riqueza cultural.

Pero también es un lugar lleno de misticismo y misterio por todos los hechos de los que fue testigo durante la época de la conquista española y la época colonial, por lo que es el escenario perfecto de leyendas tenebrosas que, posiblemente, no te dejarán dormir o que no verás de la misma forma a Coyoacán.

¿Cuál es la leyenda de la Bruja de Coyoacán?

Una de las leyendas más espeluznantes es la de la Bruja de Coyoacán, una zona de la capital que, durante la época colonial, era considerado como el barrio donde estaba gran parte de las familias privilegiadas y adineradas.

Debido a esto, las calles estaban llenas de ricos, hacendados y empresarios, incluso, también se llegaban a ver extranjeros. Sin embargo, no todo era color de rosa, pues en la noche se volvía un lugar tormentoso por un ser espeluznante que chupaba la sangre a los niños.

Y es que cuenta la leyenda que, un día llegó un joven apuesto que se robaba los suspiros de todas las mujeres de la zona, lo cual él aprovechó para disfrutar de numerosos amores, hasta que terminó completamente enamorado de una mujer sumamente bella, a quien con el paso del tiempo la hizo su esposa.

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Todo parecía ir de maravilla, se consideraban como un matrimonio estable, salvo que ella siempre guisaba moronga. Con el paso de tiempo, el hombre se fastidió de siempre comer lo mismo y acudió con un conocido para pedirle un consejo, pues no quería herir los sentimientos de su esposa.

Pero la respuesta de su amigo lo tomó por sorpresa porque este le dijo que su esposa era una bruja que salía por las noches y asesinaba a niños luego de haberles quitado toda la sangre, el ingrediente principal de la moronga.

Ante esto, le preguntó a su esposa si esto era cierto, pero ella le comentó que no, pero que siempre preparaba el mismo platillo porque su papá era carnicero y siempre le daba lo sobrante. Pero la respuesta de ella no resultó ser suficiente para el joven apuesto, así que se dio a la tarea de vigilarla.

Con ello también se llevó una sorpresa, pues en una noche vio que su mujer se quitaba su piel para convertirse en una bola de fuego, la cual era encargada de succionar la sangre a los niños. Ante esto, él optó por quemar todos los despojos de su esposa, por lo que, cuando ella regresó, no encontró la manera de cubrirse.

Desesperada, la bola de fuego no dejaba de azotarse entre las paredes y puertas de la casa, ya que estaba llena de desesperación al no encontrar manera de cubrirse. Tras ello, los primeros rayos del sol provocaron que el fuego se consumiera y, desde entonces, ya no se volvió a ver a la bella mujer, la bruja de Coyoacán.