Una de las leyendas más antiguas del país tiene su origen en Durango, pues desde hace más de 200 años nació y se ha transmitido de generación en generación hasta nuestros días, siendo parte de la cultura que caracteriza a aquel estado y dando a todos los duranguenses y los turistas que la conocen una historia llena de desamor y tragedia.
¿Cuál es la leyenda de la monja de Durango?
Por el año 1867 durante la intervención francesa, México pasaba por un momento complicado y en Durango no fue la excepción. En aquel momento una joven que destacaba por contar con una gran belleza decidió entregar su vida a Dios e ingresar al convento de la ciudad, pero debido a la situación este cerró sus puertas y la joven de nombre Beatriz, regresó con sus padres. Lamentablemente sus padres morirían tras el avance de las tropas enemigas y ella tuvo que vivir sola.
Una noche tocaron a su puerta, se trataba de un soldado francés malherido llamado Fernando, quien imploró por auxilio, Beatriz en un inicio se negó, pero, al final, lo ayudó. Lo resguardó durante meses y, con el paso del tiempo se enamoraron. Él tenía que marcharse con su ejército, así que juró volver algún día para casarse. Lamentablemente, el soldado moriría asesinado. Beatriz sin saber la terrible noticia, siempre subía a lo más alto de la Catedral, al campanario para ver si su amado regresaba. Un día el encargado de la Catedral encontraría por la mañana a Beatriz a los pies de la iglesia sin vida. Y aunque, nadie supo si fue un accidente o suicidio lo que sí se confirmó fue que la monja nunca pudo decirle a su amado que estaba embarazada.
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Así es como surge la leyenda, pues cada noche, desde lo más alto de la Catedral, la monja aparece en espera de aquel amor que nunca pudo volver a ver. Las personas dicen que su figura puede verse sobre todo en noches de Luna llena. Así que ya lo sabes, si visitas este bello estado, no dudes en visitar su famosa catedral y voltear al campanario para ver la silueta de la monja Beatriz.