En el corazón de la Ciudad de México, más allá de la bulliciosa vida cotidiana, yace un tesoro poco conocido: el Panteón Tepeyac. Este rincón resguardado es un panteón 'escondido' que pocos conocen, pero que encierra historias y legados que merecen ser descubiertos.
Mientras la Basílica de Guadalupe brilla con la devoción de miles cada 12 de diciembre, el Panteón Tepeyac permanece en silencio, rodeado de árboles y paz. Este camposanto, ubicado a un costado de la Basílica, es más antiguo de lo que muchos imaginan, testigo silente de los siglos que han pasado.
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¿Quiénes están enterrados en este panteón?
Se dice que el panteón surgió formalmente alrededor del año 1716 y en el se enterraban a vecinos de la Villa de Guadalupe, habitantes de la Ciudad de México o a todos aquellos que buscaban obtener el eterno descanso cerca del templo de la Guadalupana.
Era común que personajes de la alta aristocracia mexicana lo eligieran como opción para depositar los restos de sus familiares, entre los que destacan el hijo del emperador Agustín de Iturbide, el expresidente Antonio López de Santa Anna, el pintor José María Velasco entre otros.
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Pasear entre las tumbas del Panteón Tepeyac es caminar sobre huellas de la historia. Aquí descansan personajes ilustres que contribuyeron a la construcción del México que conocemos hoy. Desde figuras religiosas hasta luchadores revolucionarios, cada lápida cuenta una historia única que refleja la riqueza y diversidad de la nación.
Aunque está ubicado en uno de los lugares más concurridos de la Ciudad de México, el Panteón Tepeyac es un refugio de tranquilidad. Sus senderos arbolados y sus monumentos funerarios ofrecen un escape sereno del bullicio urbano, convirtiéndolo en un espacio ideal para la reflexión y la conexión con la historia.
Si bien la Basílica de Guadalupe atrae a multitudes por sus apariciones marianas, el Panteón Tepeyac revela un aspecto diferente de la devoción y la conexión espiritual. Aquí, la fe se entrelaza con la mortalidad, creando un ambiente donde la espiritualidad y la memoria convergen de manera única.
El Panteón Tepeyac es un tesoro oculto que espera ser descubierto por aquellos que buscan más allá de las celebraciones masivas. En este rincón silencioso, la historia, la fe y la memoria se entrelazan, creando un lugar donde el tiempo parece detenerse, permitiéndonos apreciar la riqueza cultural y espiritual que emana de cada tumba.