En estas festividades decembrinas, el ponche navideño es en un protagonista indiscutible de las celebraciones en México. Sin embargo, su viaje hasta llegar a nuestras mesas es tan fascinante como su delicioso sabor. Aunque muchos lo asocian con la tradición mexicana, este brebaje tiene un itinerario que abarca varios países y continentes.
No podemos negar que el ponche mexicano es un elemento ideal de toda la temporada decembrina, pues lo asociamos con las posadas, en la cena de Navidad, para despedir y recibir el año nuevo. Sin embargo, tuvo que perfeccionarse a lo largo del tiempo y por varios países para llegar y darle sabor las posadas mexicanas.
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¿Cuáles son los países que tuvo que pasar el ponche mexicano para llegar a las posadas de México?
El punto de partida del ponche navideño se remonta a la India, donde era conocido como pãc. Su nombre reflejaba sus cinco ingredientes originales: aguardiente de vino de palma, azúcar, limón, agua y té. Esta mezcla de sabores exóticos y cálidos se convirtió en una bebida apreciada en el subcontinente indio.
El ponche siguió su camino gracias a los marineros ingleses de la Compañía Británica de las Indias Orientales. Durante el siglo XVII, llevaron consigo esta deliciosa mezcla a Inglaterra, donde comenzó a ganar popularidad. La adaptabilidad de la receta permitió que evolucionara con nuevas influencias a lo largo de su travesía.
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Entre los siglos XVII y XVIII, el ponche se esparció por varios países europeos, incluyendo España y Alemania. Cuando se dio la fusión de las culturas mesoamericanas con la hispana esta bebida llegó al territorio de la nueva España donde se perfeccionó hasta llegar a ser la bebida tradicional como la conocemos.
Su versatilidad y la posibilidad de ajustar la receta según los gustos locales lo hicieron bien recibido en toda Europa. Cada región adoptó su propia variante, integrando ingredientes autóctonos.
La consagración del ponche como una bebida navideña se debe, en parte, a la novela "Un cuento de Navidad" de Charles Dickens, publicada en 1847. La descripción detallada de las festividades navideñas inglesas, con el ponche como protagonista, dejó una marca indeleble en la tradición decembrina.
Finalmente, el ponche encontró su hogar en México, donde se incorporaron ingredientes locales y se adaptó a los gustos del país. Hoy, esta mezcla aromática de frutas, especias y licores endulza nuestras celebraciones, recordándonos que, aunque el ponche no nació en México, ha encontrado aquí su último y delicioso destino.