Las leyendas alrededor del volcán Popocatépetl abundan, pero hay una en particular que narra la de uno de sus más grandes enemigos, como lo es Teuhtli, un volcán que, incluso, está al sur de la Ciudad de México y que, de acuerdo con la mitología de los aztecas, sostuvo una batalla muy importante ante ‘Don Goyo’.
La más importante es que Popocatépetl y Teuhtli estaban enamorados de la misma mujer, de nombre Ixtaccíhuatl, de por la cual los dos jóvenes guerreros hicieron todo para conquistar su amor. Mientras ambos peleaban, fue Popocatépetl quien la retiró del campo de batalla hacia el oriente del territorio.
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Sin embargo, al parejo, Teuhtli estaba herido y se resistió a caer. Ambos sufrieron el castigo divino por las guerras y coincidió con el surgimiento del Segundo Sol, el sol del agua en el que se transformó Quetzalcoatl.
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Entonces, Popocatépetl se quedó al lado de la mujer hasta la muerte de ambos y con el tiempo, tanto el guerrero como la doncella se cubrieron de nieve, misma situación que Teuhtli, quien quedó lejos, al sur del territorio y quien se convirtió en el manantial surtidor de los lagos de Chalco y Xochimilco.
La leyenda del destierro
De igual forma, existe una versión que indica la relación entre Teuhtli y Yeteco, quien fue concebido por Ixtaccíhuatl y Teuhtli, pero debido a que la mujer no daba de amamantar al niño, el padre enfurecido le dio una patada tan fuerte que la llevó a su locación actual, al lado de Popocatépetl.
La leyenda del sabio
Otra de las versiones habla que Teuhtli era igual de sabio que el Popocatépetl y el Tepozteco, que fue un Gran Señor al que le pedían consejos y cuenta la leyenda que un habitante de Malacateticpac acudió a él para que le diga cuál es la leña del recién casado y poder cumplir con uno de los trabajos que puso como condición el padre de la muchacha de la que se había enamorado y poder casarse con ella.
Entonces, luego que los locales le piden lluvia para sus milpas, Teuhtli los manda con el Tepozteco para que le hagan la misma petición. El Tepozteco los recibe y concede la lluvia; sin embargo, les pide que saluden a la hija del anciano Teuhtli, Ixtaccihuatl. La mujer blanca o "Mariquita" les proporciona a los indios unos "granicitos" y piedras que presentan ante el Tepozteco y con ello termina la sequía en Milpa Alta.