Cada año, en 8 de junio, se celebra el Día Mundial de los Océanos, y es que la razón principal de este día es valorar el papel que tienen cada una de las masas de agua que cubren la mayor parte del planeta y concientizar la importancia de este líquido vital, mismo que con los años se ha ido terminando para el consumo humano.
La ONU (Organización de las Naciones Unidas) celebrará este evento en su sede central en Nueva York de una forma híbrida donde presentarán una transmisión en directo con el tema “Planeta oceánico: las corrientes están cambiando”, mismo que realizó la División de Asuntos Oceánicos y del Derecho del Mar de la Oficina de Asuntos Jurídicos de la ONU.
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"La fecha es un recordatorio de lo importante que son los océanos para nuestra vida. Ellos desempeñan un papel fundamental en el control del clima, ya que son importantes sumideros de carbono, y son una fuente esencial de alimentos", sostuvo Angelo Fraga Bernardino, oceanógrafo, ecólogo marino y explorador de National Geographic Society.
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En tanto, el biólogo marino e investigador del Laboratorio de Ecología Marina del Instituto de Diversidad y Ecología Animal de Argentina, Cristian Lagger, sostuvo que “Es una fecha muy especial para intentar transmitir este mensaje a la gente y que entienda que si no miramos al océano estamos perdiendo el 70 por ciento de nuestro planeta”.
¿Desde cuándo se celebra a los océanos?
Esta festividad es relativamente nueva, y es que fue en 2008 cuando la Organización de las Naciones Unidas la designó de manera oficial, pero de acuerdo con la UNESCO, en 1992 y durante la Cumbre de la Tierra de ese año en Río de Janeiro, Brasil, se propuso, en ese entonces, declarar un día a favor de los océanos.
De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), hay varias consecuencias sobre la crisis climática en los océanos, y las principales afectaciones son:
-El aumento de la temperatura de las aguas superficiales;
-El deshielo de los polos con el consiguiente aumento del nivel del mar (que amenaza a las poblaciones costeras);
-Los cambios de temperatura en las corrientes marinas con efectos negativos sobre el transporte de nutrientes y la producción de oxígeno;
-La acidificación de los océanos, que afecta significativamente a los arrecifes de coral;
-Los cambios en los ciclos oceánicos que potencian fenómenos como El Niño.